Los socialistas respondieron ayer al optimismo del portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, el sábado en Barakaldo con la advertencia clara de que si ETA no renuncia a las armas no habrá proceso de paz. Este aviso, expresado por el secretario general del PSE, Patxi López, y por el responsable de organización del PSOE, José Blanco, contrastó con la exigencia del PP de que intervenga el fiscal del Estado contra la concentración celebrada ante el Bilbao Exhibition Center (BEC).

El PP se quedó sólo insistiendo en que el acto convocado por un grupo de ciudadanos vascos ante el recinto donde iba a celebrarse el congreso de Batasuna era un sucedáneo o equivalente de éste último. El secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, fue contundente al señalar que existió una "promoción de las ideas de ETA y Batasuna" la tarde del sábado en las inmediaciones del BEC, donde cerca de 10.000 personas participaron en el acto alternativo al que fue prohibido por el juez Grande-Marlaska.

Secundó las tesis de su correligionario la secretaria de política territorial del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que lamentó "la reunión de líderes de Batasuna" y dijo que su partido adoptará las medidas "oportunas" para evidenciar que "se ha consumado una burla al Estado de derecho". "Tristemente, la imagen de ayer fue la del líder de Batasuna, desafiante, proclamando que iban ganando", se lamentó.

DUDAS SOBRE EL DISCURSO El resto de portavoces políticos --a excepción del PNV, que optó por el silencio-- se mostraron mucho más cautelosos, quizás un poco descolocados por el discurso de Otegi. Persistía la duda de si el esperanzador mensaje del líder aberzale sobre "las soluciones" para Euskadi obedecía más a la necesidad de vender expectativas a los suyos que a la existencia de pasos reales que apunten en esa dirección.

Los portavoces socialistas no entraron a cuestionar el modo en el que se había desarrollado la celebración, pero sí censuraron la escasa ambición del discurso de Otegi después de que tomasen la palabra otros representantes. López se quejó de que el portavoz del partido ilegalizado hablase de obstáculos sin reconocer que "el único obstáculo para la paz es la existencia de ETA". Aunque Otegi dio por seguro que se crearán "dos mesas" y que en una estará presente su fuerza política, el líder del PSE recalcó que "no habrá ninguna mesa si no hay previamente ausencia de violencia". Blanco dijo que la mejor contribución que puede hacer Otegi al proceso es "condenar la violencia y decir a ETA que se disuelva".

El coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo, también lamentó que Otegi no aprovechara para decir algo "nuevo" sobre lo ya dicho en noviembre del 2004, cuando presentó en Anoeta su apuesta política. "Necesitamos pasos nuevos", dijo para enfatizar que será el silencio de las armas el que permita constituir la mesa de partidos.

Sólo Eusko Alkartasuna (EA), que apoyó el acto del BEC y reivindicó en él la capacidad de decisión de los vascos, se felicitó por el éxito de la convocatoria. El secretario de organización, Rafael Larreina, consideró que las palabras de Otegi fueron una "apuesta clara" de la izquierda aberzale "por las vías exclusivamente políticas". Y precisó que las alusiones a la necesidad de reforzar el "trabajo político" dan pie a una "prudente esperanza".

"MENSAJE RECIBIDO" El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, introdujo ayer un matiz sobre la actitud de la izquierda aberzale, que "ha recibido el mensaje". El ministro destacó que en Barakaldo no se corearon consignas a favor de ETA ni se produjeron los desórdenes que en el pasado "acompañaban a menudo a Batasuna".