El pacto aún no se vislumbra, y nadie lo da por hecho, pero la segunda reunión entre el PSOE y ERC para negociar la investidura de Pedro Sánchez sirvió ayer para que ambos partidos se acercaran un poco más. Hay síntomas claros: la duración del encuentro, que se prolongó durante dos horas y media; el hecho de que se emplazaran a reunirse el martes de la semana que viene, quizá en Barcelona, y sobre todo que las dos formaciones emitieran el mismo comunicado, un breve texto en el que acordaron «activar la vía política» en Cataluña y constataron avances. No es mucho, pero es más de lo que había el jueves pasado, tras la primera reunión de sus equipos negociadores. Entonces, sus respectivos comunicados fueron muy similares en su espíritu, pero no en su literalidad. Esta vez no hubo ninguna diferencia de matiz. El PSOE y ERC comparten que la cita fue «razonablemente bien».

Socialistas y republicanos reafirman en que hay un «conflicto político» que deben resolver políticamente. «En este sentido, hemos avanzado en la reflexión para activar la vía política buscando los instrumentos necesarios para su encauzamiento», señala el texto, que da un paso más en la necesidad de crear una «mesa de negociación» sobre la situación en Cataluña. Pero en el encuentro no solo se abordó la crisis territorial. También sirvió para que ambos partidos tratasen aspectos sociales, donde su sintonía es mucho mayor, con coincidencias sobre la necesidad de derogar la ley mordaza y cambiar la reforma laboral. «Hemos avanzado en temas concretos, en los que se ha podido constatar que mantenemos una sensibilidad social compartida en lo que respecta a la recuperación de derechos civiles, laborales y sociales», explica el comunicado pactado.

EL OPTIMISMO / Todos los que han hablado con Sánchez en los últimos días coinciden en señalar que se muestra «optimista» sobre las posibilidades de la investidura. Todas las piezas empiezan a encajar, desde la coalición con Podemos hasta el apoyo del PNV y los minoritarios no independentistas. Todas, salvo una: la abstención de los 13 diputados republicanos. Sin embargo, pese a que ERC continúa insistiendo en hablar de «soberanía» y no de «competencias», reclamando una mesa entre gobiernos sin líneas rojas y con compromisos claros, en la que se aborde el derecho de autodeterminación, el entorno del presidente apuesta por que habrá acuerdo. Pero no antes de Navidad, como quería el propio Sánchez. Según sus colaboradores, fue el líder socialista quien pidió que su reelección tuviese lugar antes de las fiestas, porque es consciente, continúan las mismas fuentes, del hartazgo de la ciudadanía y la «barrera psicológica» que suponen esas fechas.

La actitud de los republicanos le hizo asumir que ese calendario es difícil. De ahí que el lunes, durante su comparecencia en la Cumbre del Clima, quitase hierro a un posible retraso. Fue un mensaje pensado para restar presión a los republicanos. Fuentes de la Moncloa explican que el partido de Oriol Junqueras pidió más tiempo «con buen tono», algo que ha provocado que Sánchez evite pisar el acelerador.

TRES FECHAS / Mientras las negociaciones avanzan, el PSOE y ERC miran de reojo a tres fechas de diciembre que pueden impactar en el diálogo con consecuencias todavía inciertas.

El 16-D, la justicia belga celebrará la vista sobre la euroorden para entregar a Carles Puigdemont. Si el tribunal acepta la petición del juez Pablo Llarena, el expresident sería puesto a disposición judicial de las autoridades españolas, algo que sacudiría el mundo independentista. Los republicanos temen que este hecho dé oxígeno a las voces más radicales.

El 19-D, fecha clave, el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) decide sobre la inmunidad de Oriol Junqueras. El abogado general de esta institución considera que se le debe reconocer como miembro del Parlamento Europeo. Esta decisión no cambiaría su situación, puesto que ya ha sido condenado por el Supremo, pero sí podría afectar a Puigdemont y el exconseller Toni Comín, ambos fugados.

El 21-D ERC celebrará su 38º Congreso Nacional.