El PSOE gallego ha conseguido más tiempo para negociar con el BNG el futuro de los pactos que ambas formaciones mantienen en Galicia y que les permiten gobernar conjuntamente unos 50 ayuntamientos, además de la Diputación de A Coruña.

La crisis se desencadenó cuando el alcalde de Vigo, el socialista Ventura Pérez Mariño, que gobierna con el apoyo del BNG, quiso hacerse con el control del área de Urbanismo. A pesar de que Pérez Mariño asegura que no presentará su dimisión, como pedía el Bloque en un ultimátum que expiraba ayer, el líder de los socialistas gallegos, Emilio Pérez Touriño, hizo ayer un gesto de conciliación. Touriño convocó una reunión urgente de la ejecutiva del PSG para hoy en la que decidir "las oportunas iniciativas para reconducir la situación".

El BNG podría prestarse a un diálogo con el objetivo de intentar salvar los acuerdos municipales existentes, aunque los nacionalistas vigueses siguen manteniendo su amenaza de expulsar al alcalde mediante una moción de censura en la que apoyarían a un aspirante del PP.

Ambos partidos se muestran preocupados porque esta crisis deteriore la imagen de una coalición progresista, única vía para desplazar del poder al PP en Galicia. Por este motivo las dos formaciones creen que están condenadas a entenderse.

En las conversaciones que mantendrán, el PSOE defenderá la continuidad del socialista Ventura Pérez Mariño como alcalde de Vigo e intentará también circunscribir las negociaciones al ámbito estrictamente vigués. El BNG, por su parte, ha ampliado la crisis a todo el territorio de Galicia y es posible que permita la continuidad de Pérez Mariño a cambio de obtener concesiones en otras localidades.