El interés del PSOE por tener a ERC entre los firmantes del pacto por el Estatuto catalán sufre una desaceleración vertiginosa. En una semana, la dirección socialista ha pasado de expresar públicamente su ferviente deseo de que Esquerra se sume al acuerdo a indicar a los republicanos la incoherencia de seguir en el tripartito que preside Pasqual Maragall si perseveran en decir no a la Carta catalana. El último escalón lo bajó ayer José Blanco, secretario de organización del PSOE, quien se preguntó qué sentido tiene seguir en un Gobierno si se considera "fracasada" su "prioridad política"; la reforma del Estatut.

En el análisis de Blanco, que expuso después de tratar el asunto en la reunión de la comisión ejecutiva permanente del partido, ERC entró a formar parte del Gobierno de la Generalitat porque éste se había fijado como su prioridad programática la reforma estatutaria. Siguiendo con su razonamiento, Blanco dedujo que si ERC considera "fracasada" esa reforma (y por eso no apoya el pacto alcanzado por el resto de formaciones políticas), no se podría "entender" que el partido de Josep Lluís Carod-Rovira "pueda considerar seguir en el tripartito después de haber calificado de fracaso el resultado".

El mensaje fue evidente, aunque el número dos del PSOE lo disfrazara de "reflexión" en voz alta. Se trataba de señalar a los republicanos la incoherencia de querer seguir en el poder sin apoyar las decisiones que emanan de su mismo centro. Inmediatamente después de invitar a ERC a dejar vía libre a un socio menos escabroso, Blanco lanzó otro par de mensajes a los aliados de Pasqual Maragall. Advirtió de que el proceso de reforma "está abrazando la centralidad" con las fuerzas que ya se le han sumado, y criticó a quienes "no quieren mover sus posiciones y se sitúan en el extremo".

A juicio del dirigente socialista, lo hacen porque "anteponen los intereses partidistas al interés general". Por último, vaticinó que esa posición que "obstaculiza" el consenso tendrá un precio en las urnas, porque los ciudadanos "quieren que los asuntos lleguen a buen puerto".

AJENOS A LA PRESION Los partidos catalanes reaccionaron de inmediato a las palabras de Blanco. ERC hizo saber que no se siente "presionada" por la reflexión del número dos socialista, y que persevera en desvincular la negociación del Estatut de la gobernabilidad catalana. En cambio, Josep Antoni Duran Lleida (CiU) consideró que el no de ERC significaría la ruptura del Gobierno en cualquier otro lugar del mundo, porque la oposición de algún miembro del Ejecutivo a su "principal medida política" implicaría la destitución de los disidentes.

Respecto de la oposición de gran parte del PSOE a que Maragall repita como aspirante a la Generalitat, Blanco rehusó confirmarla en público porque "el candidato lo decide el PSC". Pero se cuidó de apostar porque repita el actual president. Como guinda, dejó una enigmática frase: "El PSC decidirá el mejor candidato partiendo de la experiencia del Gobierno catalán". Blanco reveló que el PSOE iniciará hoy mismo una ronda de contactos con los grupos parlamentarios para explicar los términos del pacto estatutario y "ampliar lo máximo posible la base de acuerdo" sobre el texto catalán.