Nadie sabe qué hará José Luis Rodríguez Zapatero. La gran incógnita para sus compañeros de Gobierno y de partido sigue siendo si repetirá o no como candidato, pero algo está cambiando en los últimos tiempos, ya que ante la posibilidad de que opte por tirar la toalla e irse a casa, dirigentes del PSOE han empezado ya a preparar su relevo. Alfredo Pérez Rubalcaba parece ser el preferido. Pero, ¿esos preparativos se hacen con el beneplácito del jefe del Ejecutivo o a sus espaldas?

Lo único que parecen tener claro los miembros del Gobierno y de la dirección del PSOE consultados es que, siempre que las turbulencias financieras lo permitan, Zapatero no despejará la duda hasta después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo del 2011. Entonces, decidirá a la luz de los resultados (que se prevén dramáticos) pero también del grado de popularidad del que goce en ese momento y las expectativas de voto que le otorguen las encuestas. Así planteado, cualquiera diría a día de hoy que el líder socialista tendrá que optar por la retirada.

RECELO EN EL PP Pero nada está tan claro en la política. Dependerá mucho de cómo evolucione la situación, de qué medidas anticrisis se hayan adoptado y de si los ciudadanos las entienden como necesarias y más suaves que las que adoptaría el PP. Esta semana, una dirigente del PP muy destacada aseguraba en privado que "si Zapatero adopta las medidas necesarias para salir de la crisis y lo hace con convencimiento, podría ganar las elecciones". No lo veía probable, pero tampoco imposible. También hay quien piensa en el PSOE que Zapatero podría verse obligado a repetir porque las expectativas sean tan desastrosas que no le pueda "pasar el marrón a otro". Aunque también hay algunos que creen que abrirá su sucesión si piensa que otro candidato puede obtener mejor resultado, aunque sea solo para evitar que el PP gane por mayoría absoluta.

Lo curioso es que, si aún faltan seis meses para que se conozca esa decisión, haya tantos socialistas importantes hablando en los cenáculos madrileños de quién será su sucesor y de cómo se producirá ese relevo. Más aún cuando hubo personas del Gobierno, muy próximas a Zapatero, que vieron en la gran crisis de Gobierno del 20 de octubre la decisión del presidente de volver a presentarse y no precisamente la de tirar la toalla. También es sorprendente que haya sido precisamente tras ese cambio en el Ejecutivo, que supuso la ascensión de Rubalcaba a supervicepresidente, cuando se han desatado las lenguas de sus compañeros. Porque hasta entonces, cuando algunos --no precisamente los partidarios de la operación-- decían que José Blanco y Rubalcaba trabajaban en esa hipótesis sucesoria, los dirigentes que ahora la airean lo negaban rotundamente.

De hecho, quienes defienden la posibilidad de que sea Rubalcaba quien releve a Zapatero como cabeza de lista en las elecciones del 2012, esgrimen como elemento fundamental la buena acogida que ha tenido en el partido y entre el electorado socialista su nombramiento como vicepresidente. Y es cierto que su ascenso ha sido como un bálsamo para los deprimidos socialistas, que llevaban meses viendo cómo su discurso socialdemócrata y sus expectativas electorales iban siendo arrolladas por el tsunami de los mercados, y es probable que a ello se deba también la impaciencia de sus defensores antes de que se vea afectado por la economía el poder taumatúrgico que ha demostrado.

FEDERACION MADRILEÑA La docena de notables socialistas con los que ha hablado este diario coinciden en precisar que si Zapatero decidiera repetir tendría el apoyo de todo el partido, pero que si optara por lo contrario las federaciones socialistas se decantarían de forma natural por Rubalcaba "porque es el mejor y porque no hay otra alternativa viable". No obstante, y por si acaso aparece un o una rival dispuestos a someterse a unas primarias o al menos dispuesto a poner palos en las ruedas de esa operación, están buscando ya la complicidad de algunas de las principales federaciones, como la andaluza o la valenciana. E incluso la madrileña, después de que Tomás Gómez al derrotar a Trinidad Jiménez en las primarias frustrara, de paso, el intento de Blanco y Rubalcaba por controlar el Partido Socialista de Madrid. Ahora, los tres --Gómez, Blanco y Rubalcaba-- están restañando las heridas y se sabe que se han reunido en un puñado de ocasiones.

La idea de quienes defienden la candidatura de Rubalcaba es que su proclamación como candidato se realice en un comité federal --el máximo órgano entre congresos-- sin que tenga que concurrir a unas primarias. De ser así, la designación se haría en algo menos de un mes a partir del momento en que Zapatero anunciara su decisión de no repetir. Entonces, el comité federal abriría el proceso de selección de candidato. Si en 20 días no se presenta un contrincante, el elegido por el comité federal sería el presidenciable.