La opaca salida de España de Juan Carlos I, que continúa en paradero desconocido, empieza a trasladarse al Congreso de los Diputados. Cinco formaciones independentistas (ERC, JxCat, Bildu, la CUP y el BNG, que suman 28 diputados) han pedido que Pedro Sánchez y Carmen Calvo rindan cuentas en la Cámara de las negociaciones con la Casa del Rey sobre la "fuga", según denuncian, del rey emérito. Unidas Podemos, socio del PSOE en el Ejecutivo y muy crítico con la marcha del exjefe del Estado, ha sido informado de estas iniciativas parlamentarias, pero prioriza sus propias acciones. Los morados están negociando con Calvo su comparecencia voluntaria.

"Estamos en ello", señalan en el equipo de la vicepresidenta primera, que pilotó las conversaciones con la Monarquía para que Juan Carlos I abandonara España, dentro de una operación de la que solo estuvieron al tanto el presidente y su núcleo más reducido, dejando al margen al resto de miembros del Gobierno, fueran del PSOE o de Podemos. Aun así, los colaboradores de Calvo no confirman que vaya a comparecer, pero esperan llegar a un acuerdo con los morados.

En septiembre

Las explicaciones de la vicepresidenta del Congreso, en todo caso, se darían en septiembre, coincidiendo con el reinicio de la actividad parlamentaria ordinaria, un periodo en el que Podemos, que quiere marcar perfil propio frente al PSOE, se volcará en el debate sobre la Monarquía. Los morados volverán a defender entonces la apertura de una comisión de investigación en la Cámara baja sobre los negocios del rey emérito, una iniciativa que nunca ha salido adelante, debido al rechazo de los socialistas y la derecha. Al mismo tiempo, Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, ha anunciado este jueves en RNE que pedirán también la comparecencia de Felipe VI, que no tiene ninguna posibilidad de salir adelante.

En cualquier caso, pese a las discrepancias radicales entre socialistas y morados sobre un asunto de tanta trascendencia como la Monarquía, tanto unos como otros insisten en que el Gobierno está "fuerte", y que su futuro no se verá comprometido por estas tensiones internas.