Los portavoces del PSOE y el PP en el Congreso, José Antonio Alonso y Soraya Sáenz de Santamaría, respectivamente, han defendido hoy que los presupuestos de la Cámara baja para el próximo año no establezcan subidas de sueldo para los diputados. Ambos han enmarcado esta propuesta en los planes de austeridad que han presentado cada una de sus fuerzas políticas ante la crisis económica. En sendas ruedas de prensa, tanto Alonso como Sáenz de Santamaría se han congratulado de que el presidente del Congreso, José Bono, se haya mostrado dispuesto a asumir esta iniciativa, que deberá concretarse en las próximas semanas, cuando la Mesa de la Cámara apruebe sus cuentas para el siguiente ejercicio. En este sentido, el dirigente socialista ha recordado que el Gobierno y el PSOE ya han anunciado la congelación de los salarios de altos cargos, de los representantes políticos y de gastos corrientes de la Administración. "Los diputados estamos incluidos y debemos ser sujetos de esa congelación salarial. Estamos de acuerdo porque entre otras cosas la propiciamos nosotros", ha comentado. Alonso ha admitido que no ha hecho cálculos para saber qué impacto podría tener esta congelación salarial, pero ha subrayado que, además del ahorro que implique, esta medida servirá para enviar un "mensaje a los desempleados". "Es bueno que los representantes públicos mostremos solidaridad con ellos", ha agregado.Apretarse el cinturónPor su parte, Sáenz de Santamaría ha dado hoy la bienvenida a Bono al plan de austeridad que Mariano Rajoy detalló el pasado martes tras la reunión del comité ejecutivo del PP, que propugna limitar el gasto público en el 2009 y plantea que se haga "una subida cero" en el salario de los diputados, senadores y altos cargos. Así, ha mostrado su satisfacción por que esa iniciativa del PP cuente "al menos" con el voto del presidente del Congreso. Sáenz de Santamaría ha defendido la necesidad de que, en un momento de crisis como el actual, sean los altos cargos y los parlamentarios "los primeros" en "apretarse el cinturón" porque, según ha dicho, los ajustes nunca han de hacerse "a costa de recortes sociales". En este sentido, la portavoz conservadora ha exigido al Gobierno que dé una vuelta a la reorganización administrativa que hizo el pasado mes de abril, cuando creó 70 nuevos altos cargos que, a su juicio, "no eran necesarios" y que suponen un incremento presupuestario "considerable", y que elimine los altos cargos "superfluos".