Los socialistas salieron ayer en tromba para replicar a las críticas del expresidente José María Aznar, que el martes aprovechó su intervención en el cuarto congreso internacional de víctimas del terrorismo para criticar la "arrogancia" y el "sectarismo" del Gobierno del PSOE. De entrada, el presidente, Rodríguez Zapatero, le afeó el escenario elegido para verter sus ataques. "Lamento la dificultad para contenerse que tienen algunos, que conviertan cualquier evento, acto o congreso, en este caso de víctimas del terrorismo, para hacer algo que creo que hay que hacer en otros foros y circunstancias". Zapatero aseguró que él nunca lo hubiese hecho pero que "cada uno es como es", añadió con resignación.

En cambio, el presidente evitó enfrentarse a las duras críticas que las víctimas lanzaron a su gestión, y una vez más se mostró abierto a consensuar la política antiterrorista con el PP, a pesar de lamentar la actitud de confrontación de los populares.

Menos comedido estuvo el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, Manuel Chaves, que interpretó las palabras de Aznar como una prueba de su "baja categoría moral y ética".