Es improbable que el éxito electoral del candidato socialista a la presidencia de Canarias, Juan Fernando López Aguilar, cristalice en la formación de un Gobierno presidido por el exministro. El PSOE da por perdida esa apuesta, mientras observa con preocupación cómo se afianzan los lazos de intereses entre Coalición Canaria y el PP del archipiélago.

Desde otra perspectiva, el probable revolcón del PSOE en Canarias está sirviendo de acicate para avanzar en la negociación entablada en Navarra con Nafarroa Bai, que podría llevar al socialista Fernando Puras a la presidencia de esa comunidad foral.

Si CC y el PP canario sellan el acuerdo, el insularista Paulino Rivero presidiría el Ejecutivo autónomo. Ambas formaciones, con una cosecha electoral a la baja el 27 de mayo, suman 32 escaños. El PSOE, que creció casi 10 puntos, tiene 26 parlamentarios.

El presidente de los populares, Mariano Rajoy, aguarda a su vez a que se cierre el pacto para garantizarse el apoyo de los diputados de Coalición Canaria en una hipotética investidura como presidente del Gobierno. Para ello, su partido debería obtener un magnífico resultado en las elecciones del 2008.

A diferencia de lo que ocurre con los socialistas de Madrid, en el PSOE hay unanimidad respecto al acierto de Zapatero de situar a López Aguilar como candidato a la presidencia de Canarias.