Los periodistas nunca tienen que ser noticia, enseñan en las facultades, pero lo ocurrido esta tarde en la Moncloa demuestra el estilo del Gobierno de Mariano Rajoy por lo que se convierte en noticioso.

Existe un pacto no escrito entre el Ejecutivo y la prensa que cubre al presidente que consiste en que cuando el jefe del Ejecutivo comparece con un mandatario internacional, para que las conferencias no se hagan demasiado largas, se dan cuatro turnos de preguntas: dos por país. Esta imposición obliga a que los redactores deben acordar qué asuntos plantear y eligen entre ellos quién tomará la palabra para hacer la pregunta. Eso ha sido siempre así en la Moncloa desde hace décadas. Es una limitación al trabajo de la prensa que ya se ha asumido casi como normal, lamentablemente. Pues bien, hoy, después de que los periodistas españoles acordaran qué preguntar a Rajoy en pleno escándalo del caso Bárcenas y con el extesorero declarando que dio dinero en efectivo al presidente entre 2008 y 2010, el Gobierno se ha saltado ese acuerdo y ha dado la palabra directamente al diario ABC a sabiendas de que los periodistas habían decidido que preguntaran los redactores de El Mundo, medio que está publicando las revelaciones más comprometedoras del extesorero, y la Agencia EFE.

El periodista de EFE ha podido tomar la palabra en segundo lugar, aunque Rajoy ha iniciado su respuesta como cabía esperar: "Como ya he dicho en la respuesta a la primera pregunta que me ha formulado su colega...", ha declarado antes de añadir solo que "el Estado de Derecho no se somete a chantajes y punto". Después ha pasado a responder sobre la petición de dimisión del PSOE, que también se le ha planteado, momento en el que ha declarado que va a cumplir su mandato.