El secretario general de ERC, Joan Puigcercós, admitió ayer que ha habido errores en la aplicación de la carta financiera de ERC y el subsiguiente envío de misivas pidiendo, bajo amenaza de despido, la contribución económica de trabajadores del Gobierno catalán que en algunos casos no son militantes del partido. Si inicialmente Esquerra defendió que el sistema se estaba aplicando de forma correcta y se mostró dispuesta a mantenerlo, ayer Puigcercós afirmó lo que incluso manifiestan los más críticos con ERC: "No se trata de un problema del modelo, es un problema de cómo se pone en práctica este modelo".

El secretario general de ERC negó que hubiera diferencias sobre este tema: "Si alguien busca polémica interna se equivoca". Lo dijo al comparecer tras la reunión de la ejecutiva que, tras abordar el tema del Estatuto, habló de las cartas polémicas. No hubo tormenta, dado que a estas alturas ya es unánime la convicción de que algo se ha hecho mal y de que hay que replantear el modo en el que se requieren las aportaciones.

La ejecutiva consensuó la necesidad de evitar equívocos en el futuro y ratificó la propuesta de dotar a la carta financiera de un reglamento, que días atrás ya propusieron el portavoz en el Parlamento autonómico, Joan Ridao, y el secretario de organización de ERC, Xavier Vendrell, firmante de las cartas.

CAMBIOS El reglamento debe establecer quién tiene que pagar y quién no. Así, se persigue delimitar sin margen de error qué trabajadores son cargos de confianza y, por tanto, deben contribuir. Otra convicción es que no se puede exigir el pago --que oscila entre el 4% y el 24% del salario-- a los no militantes.

En la reunión hubo reproches sobre cómo se ha gestionado el cobro de las cuotas. En concreto, hubo una crítica al excesivo afán de recaudación que ha regido la aplicación del sistema de financiación del partido.