El paso de Carles Puigdemont aceptando convocar elecciones es el resultado del proceso de mediación que está llevando a cabo el lehendakari vasco Iñigo Urkullu con la participación de un grupo de empresarios catalanes capitaneado por Juan José López Burniol, Marian Puig, Emilio Cuatrecasas y Joaquim Coello.

Esta delegación de empresarios se reunió ayer en Vitoria con el lehendakari vasco para buscar una solución de mediación entre la Generalitat y el Gobierno español, según ha podido confirmar EL PERIÓDICO. El mensaje que trasladó el mismo Urkullu a Puigdemont por la via de estos emisarios fue si estaría dispuesto a no realizar la declaración unilateral de independencia (DUI) y convocar elecciones a cambio de que Mariano Rajoy se comprometiera a no aplicar el artículo 155.

Puigdemont respondió ayer afirmativamente por correo electrónico. La mediación vasca busca arrancar un compromiso a ambas partes en un momento en que la desconfianza es máxima, según han confirmado fuentes cercanas a la mediación. La participación vasca en la resolución del conflicto catalán busca asegurar que ambas partes cumplirán sus compromisos sin sorpresas de última hora. Así, el Gobierno de Mariano Rajoy se reservaría la llave de aprobar el artículo 155 en la sesión del Senado convocada para mañana, pero que se comprometería a no aplicar la suspensión. Por su parte, Puigdemont no convocaría una DUI, ni antes ni después de la sesión en el Senado. En un escenario posterior, la mediación vasca permitiría que catalanes y vascos hicieran un frente común para la reforma de la Constitución.