Si hay algo que a estas alturas todo el mundo tiene claro del exilio de Carles Puigdemont en Bélgica es que al candidato de Junts per Catalunya a la presidencia del Govern le gusta jugar al despiste. Mide con cuentagotas sus apariciones públicas así que nadie tenía todas consigo de que este martes se dejara ver en el acto de protesta convocado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en Lovaina. La fecha se prestaba a ello. Se cumplen 100 días desde que desembarcó en Bélgica. Una fecha redonda y finalmente el político catalán no ha defraudado a la treintena de simpatizantes que se han acercado hasta la plaza del ayuntamiento pese a la noche cerrada y los cero grados.

Junto a él su séquito habitual. Los cuatro 'exconsellers' que le acompañan desde el 30 de octubre en el país, Clara Ponsatí, Lluis Puig, Meritxell Serret y Toni Comín, además de su amigo Josep María Matamala y el 'mosso' que le acompaña a todas partes, Lluis Escola Miquel. Un acto en el que han entonado 'El cant dels ocells', que los asiduos a las concentraciones de la ANC suelen cantar en este mismo lugar una vez a la semana desde el pasado 16 de noviembre, y en el que se ha leído un poema de Salvador Espriu, 'A vegades és necessari i forçós', con algunos abucheos de fondo de algunos transeuntes.

Puigdemont ha cerrado el acto con una breve declaración plagada de referencias a la paz y a los presos. "Es especialmente doloroso que en este aniversario, cuando se cumplen 100 días de nuestra llegada al exilio, con nuestros presos políticos, tengamos que ver como todavía hay quien justifica la prisión preventiva con la que se esta reteniendo a gente decente, gente de paz, gente demócrata, gente honesta y se escudan en el argumento falaz de la violencia", ha insistido mencionando a los Jordis, a Oriol y a Joaquim Form.

El candidato de JxCat ha denunciado "la connivencia permanente entre el poder legislativo y el ejecutivo" que muestra la existencia de un "gravísimo problema político en el estado español" que debería "ser resuelto por la política y no desde el código penal". Y ha avisado de que 100 días después ven que el problema no solo no se ha resuelto sino que se ha agravado. "Vamos a continuar, coraje a todos los compañeros que están en la cárcel y que cada minuto que pasa es un minuto de injusticia que no vamos a cesar de denunciar", ha proclamado.

Sobre la investidura del nuevo Govern y sobre las negociaciones que mantienen Junts, ERC y la CUP, ni una palabra. "Todo el tiempo que nos queda aquí, esperemos que sea poco y que las cosas se normalicen y que se pueda respetar el resultado de las elecciones", concluía poco antes de perderse por las callejuelas de Lovaina en busca de un bar de tapas.