El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, ha lanzado un envite amable al conjunto del independentismo: un pacto entre los diferentes líderes soberanistas para plantear un nuevo proceso de confrontación con el Estado, como única vía a su juicio para lograr la independencia. "Somos muchos los que somos consciente de que la única vía transitable, realista y sin falsas ilusiones es la gestión de una confrontación inteligente con el Estado, es la vía democrática menos segura, la más incierta, preferiríamos otra pero no tenemos otra, lamentablemente", ha afirmado.

“Si decidimos que queremos subir los peldaños que hacen falta [para la independencia], los liderazgos políticos comprometidos con el ‘procés’ tenemos el deber de ponernos de acuerdo y hacer la política necesaria para alcanzarlo, tenemos más conocimiento que hace años y no sería inteligente no ponerlo al servicio de una estrategia compartida el final de la cual sea el reconocimiento de la república catalana.

Puigdemont ha dejado claro que su estrategia es contraria a la que dentro del independentismo apuestan por incrementar, antes, el apoyo social a esta causa: "a más votos para el independentismo, más represión, funciona así; y sabemos que no nos sobra nadie, no excluir a nadie, cuantos más seamos más fuertes seremos. Cuando hemos ido más unidos, más fuertes hemos sido ante el Estado, pero siendo fuertes y yendo unidos no es suficiente, España siempre tiene preparada una pared para todos, cuando convenga la levantará seamos el 47,5% o el 55%, pero es una pared que ya está resquebrajada como ha señalado Josep Costa en su libro. Superarla da sentido a mantener activo el procés de independencia".

El expresidente también ha advertido que determinadas actitudes del independentismo pueden contribuir a desactivarlo. "Decir que hasta aquí hemos llegado, que aquí nos plantamos y hacemos política, o porque queremos ir más allá pero hay demasiado dolor y sufrimiento; tercero, porque aunque fuéramos una mayorái como somos no estamos dispuestos a asumir el grado de confrontación y ruptura con el Estado porque provoca dolor y sufrimiento".

Desobediencia como opción

Puigdemont ha argumentado que la represión "agresiva y durísima" del Estado hacia el independentismo, la única salida para el independentismo es esta confrontación que ha calificado de "inteligente". Al respecto, ha reclamado "no criminalizar la desobiediencia cívica, pacífica, es una opción perfectamente legítima y que se ha de saber usar, que tiene consecuencias pero que naturalmente forma parte" de la estrategia, "es un recurso aunque a veces provoca efectos contrarios a los deseados", ha añadido Puigdemont sobre el ejercicio de la desobediencia.

Puigdemont ha cargado contra el Estado, y su sistema judicial: "el sistema jurídico español no es homologable al de las democracias europeas, aquí es donde falla el sistema".

Puigdemont ha intervenido acompañado de la cúpula de Junts, con presencia de los exconsejeros Toni Comín y Clara Ponsatí, dirigentes de Junts como Elsa Artadi, Laura Borràs y Albert Batet...