Al calor de la crisis del Open Arms, las oenegés le recordaron al Gobierno del PSOE que, además de haber virado en su posición sobre la acogida de migrantes rescatados en el mar, aún tiene pendiente cumplir la promesa de retirar las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla, las cuchillas que rajan la piel de quienes tratan de superar el perímetro fronterizo español. El Ministerio del Interior mantiene que las concertinas estarán totalmente retiradas en el 2020, un objetivo que el ministro Fernando Grande-Marlaska, se marcó en su día como «prioridad».

Según avanzó ayer El País, la previsión de Interior es empezar a quitar las cuchillas a finales de este año. En enero del 2019, el Consejo de Ministros aprobó un plan de infraestructuras de seguridad del Estado en el que se contempla el refuerzo y modernización de las fronteras en las ciudades autónomas, proyecto que conlleva la sustitución de las concertinas. «No hay ninguna novedad, siguen las obras y concluirán para el año 2020. En 2020, el conjunto de las obras estarán perfectamente materializadas», aseguró ayer Marlaska en declaraciones a Telecinco.

Medidas alternativas

En un principio, Interior tenía previsto iniciar en la última semana de febrero o la primera de marzo la sustitución de estas concertinas por unos medios «menos cruentos» que garanticen «igual o más seguridad» en la frontera. Posteriormente, el ministro concretó que solo se retirarían las cuchillas de «las zonas más vulnerables», es decir, las que han sido objeto de mayores intentos de salto. La alternativa será elevar un 30% la altura de la valla precisamente en esos puntos más sensibles a los saltos hasta situarla en los 10 metros, al tiempo que se coronará con elementos que dificultarán el salto pero sin ser «lesivos».

En mayo, fuentes del Ministerio del Interior aseguraron a Europa Press que no tenían previsto empezar a retirar las cuchillas al menos hasta que pasara el verano. Ahora, el Gobierno se ha fijado como fecha para iniciar la retirada antes de que termine el año. Las concertinas se instalaron en el 2005, bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, si bien, dos años después, el mismo Gabinete ordenó quitarlas de parte del vallado melillense por las heridas que causaban.

En el 2013, el Ejecutivo de Mariano Rajoy decidió colocar más cuchillas, que no solo coronarían el perímetro, sino que podrían encontrarse también a pie de alambrada y en el intervallado, lo que suscitó numerosas críticas de entidades sociales. En el 2014, el actual presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se comprometió a retirarlas si llegaba a la Moncloa.