Al líder del PP, Mariano Rajoy, le faltó ayer tiempo para hacer suya la idea del Comité Olímpico Español (COE) de ponerle letra al himno nacional --la Marcha Real -- y propuso que la apruebe el Congreso. Para abanderar el debate frente al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Rajoy pidió que una comisión, "en el plazo de tres meses", dote de contenido a la música.

Ni el Gobierno ni el grupo socialista quisieron dar a conocer su opinión sobre el asunto hasta saber en qué consiste la propuesta del PP. Solo el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, se mostró partidario de cantar "con pasión, emoción y sentimiento" una letra si hay "consenso de todas las partes". Aunque viaja menos fuera de España, el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, opinó igual.

SOBRE LA MARCHA Probablemente porque ningún órgano de dirección del PP ha discutido esta cuestión, a última hora de ayer el grupo parlamentario no había registrado ninguna iniciativa al respecto. Es decir, que fue sobre la marcha. En Onda Cero se le preguntó su opinión sobre la iniciativa del COE y Rajoy la asumió de forma entusiasta.

Fuentes cercanas a la dirección del PP adujeron que su posición "ya es vieja", y explicaron que lo que Rajoy intentó ayer fue sacar el debate "de las páginas de deportes de los diarios" y hacer de ello una cuestión política. No es el primero al que se le ocurre. José María Aznar ya lo intentó en su día, pero no cuajó.

En esta cuestión, el PP no tiene complejos. Es más, últimamente ha convertido el himno nacional en la banda sonora de sus manifestaciones contra la política de Zapatero, por lo que se le ha acusado de apropiación indebida. Ahora es el PSOE el que tiene que lidiar el toro. De oponerse, las cargas del PP pueden ser demoledoras. De apoyarla, pueden ser peores las de sus aliados. Así lo intuye un miembro de la dirección del PP: "Puede ser muy divertido escuchar lo que tienen que aportar el PNV o CiU. Y no digamos ERC".

Por de pronto, los nacionalistas vascos son escépticos y prefieren dejar las cosas como están. Iñaki Anasagasti recordó que los himnos "son emociones", y alertó de que puede haber "mucha gente que no se sienta identificada se ponga la letra que se ponga". Desde ERC, se encogen de hombros porque consideran que es una cuestión identitaria "de otro país".

Así se trunca el propósito del COE que, según su presidente, Alejandro Blanco, era corresponder "al deseo de muchos deportistas y técnicos de tener un vehículo más adecuado al celebrar los grandes triunfos que alcanzan los deportistas cada vez con mayor frecuencia".

"CHUNDA, CHUNDA" "El deporte español echa de menos dar rienda suelta a esa alegría a través de una letra, como ocurre con tantos y tantos países", dijo a este diario el presidente del Comité Olímpico Español, para quien ver, por ejemplo, a los campeones del mundo de baloncesto subidos en el podio del Mundial de Japón, en el pasado verano, cantando "chunda, chunda" mientras suena la música de la Marcha Real no es muy edificante, "por no decir otra cosa".

APOYO DE DEPORTISTAS Blanco asegura que los deportistas consultados piensan que es una "idea magnífica". Casillas, el marchador Paquillo Fernández, el piloto Jorge Lorenzo y técnicos como Juan de Dios Román y Luis Aragonés son algunos de ellos. "Me han dicho que se quedan un poco raros cuando escuchan cómo sus rivales cantan sus himnos con verdadera pasión, mientras ellos tienen que permanecer en silencio o tararear la melodía", añadió el presidente del COE. Para preservarlo de partidismos, puso el asunto en manos de la Sociedad General de Autores de España (SGAE). Pero no confía en que los partidos se pongan después de acuerdo. "Es una pena, pero muchas veces no puede ser", dijo en previsión de la que se avecina.