Mariano Rajoy abogó ayer por las campañas electorales "civilizadas", en las que "se diga a la gente qué es lo que uno piensa de los temas importantes y de los que les afectan en su vida cotidiana". El secretario general del PP y candidato a la presidencia del Gobierno formuló esta declaración de principios en un acto político en Salamanca, justo un día después de que el director de gabinete de José María Aznar, Carlos Aragonés, reclamara en el comité ejecutivo del PP más dureza contra el PSOE.

Rajoy, que presentaba su programa educativo, hizo un alarde de moderación al ofrecer "dialogo, lograr acuerdos y superar viejos litigios" con el fin de conseguir una educación de calidad "con igualdad de derechos y obligaciones en toda España". Rajoy se comprometió a incorporar el aprendizaje de la lengua extranjera a los tres años y promover la flexibilidad de los horarios escolares, entre otras medidas.

En su visita a Salamanca, el candidato fue recibido con una pitada por una treintena de manifestantes contra la guerra de Irak, en lo que constituyó la primera protesta popular sobre el conflicto en la precampaña.

En su intervención del lunes ante el comité ejecutivo del PP, Aragonés estuvo de acuerdo con que el candidato mantenga una actitud moderada, pero destacó la necesidad de que el partido sea más duro con el PSOE. Desde la Moncloa se considera que el trabajo sucio contra los socialistas está recayendo casi en exclusiva en Aznar, mientras que en el partido se ha bajado la guardia.

Ayer mismo, el jefe del Ejecutivo volvió utilizar a ETA como arma arrojadiza contra el PSOE. En un almuerzo con militantes del PP en Calatayud (Zaragoza), afirmó que su partido tiene las "manos limpias" y acusó a los socialistas de haberse "vendido" para gobernar con quienes "se sientan con terroristas", en alusión al exconseller en cap del Gobierno catalán, Josep-Lluís Carod-Rovira.

"ESO" DE LA ESPAÑA PLURAL Aznar denunció a Zapatero por querer el "desgarramiento" y la "liquidación" de España con "eso que llama la España plural". Si el PSOE gana, dijo, España "pagará un alto precio económico" y peligrará su estatus de "octava potencia mundial".