Rajoy está con Camps. Por si alguien lo dudaba, sobre todo los fieles a Eduardo Zaplana, el líder del PP dedicó ayer el día a dar fe de su "respaldo absoluto" al presidente de la Generalitat valenciana. Tres días después de que los nueve concejales zaplanistas de Gandia que han dejado el partido anunciaran la formación de otro partido y de una lista municipal, Mariano Rajoy presidió una junta regional en la que transmitió a unos y otros que confía en Francisco Camps para "solucionar el problema" de la división y "pilotar el partido". Un problema que Rajoy rebajó a la categoría de "lío, como hay en cualquier sitio" porque en el PP son "personas". La puerta de la nueva sede popular en Valencia sirvió para que los consejeros de la facción zaplanista, Alicia de Miguel, Gemma Amor y Miguel Peralta; el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, y el de las Cortes autónomas, Julio de España, rodearan a Rajoy y Camps y, en animada charla, escenificaran una escena de cordial unidad en torno a los líderes conservadores.

Rajoy se sumó al discurso del PP local del agravio de Zapatero a los valencianos y prometió, si gobierna, agua, policías, AVE y más dinero. Rajoy situó la victoria en las autonómicas como prólogo de su triunfo en España. En el mitin de la tarde, los candidatos a alcalde de las capitales recogieron el guante. Díaz Alperi, el de Alicante, fue explícito: "La reconquista empezará en el sureste, Camps será tu don Pelayo y nosotros, tus huestes".