El líder del PP, Mariano Rajoy, volvió a dejar claro ayer su oposición a que se intente la vía política para acabar con ETA, y acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de "prostituir palabras tan hermosas como paz y diálogo". Además, aventuró un fracaso en la negociación que quiere entablar el Ejecutivo socialista en el caso de que ETA deje las armas.

Durante su intervención en un mitin celebrado en Valencia para hacer balance de la gestión de Francisco Camps al frente de la Generalitat valenciana, el líder de la oposición pidió a Zapatero que no mienta ni confunda a la gente. "No pretendan que los demás asumamos sus errores e inmoralidades. Es su exclusiva responsabilidad", avisó.

Rajoy insistió en que Zapatero ha roto el pacto antiterrorista al decantarse por el diálogo con ETA y "ha intentado engañar" a los españoles con una campaña que busca "triturar" al PP.

Tras asegurar que Zapatero ha dado "la llave" a ETA y Batasuna, y que está dispuesto a que se pague un precio político por conseguir la paz en Euskadi, Rajoy atribuyó a la banda el poder de decidir "los tiempos y los contenidos de las conversaciones que van a entablar con el Gobierno".

Rajoy tampoco descuidó el flanco catalán como arma arrojadiza contra el Gobierno, al que acusó de "bajarse los pantalones" ante ERC, a raíz de la ausencia de Carod-Rovira en un homenaje a Yitzak Rabin en Israel porque sólo ondeaba la bandera española y no la catalana.

El discurso de Rajoy prosiguió con otras "compañías" de Zapatero. Se preguntó por la utilidad de ser amigo "de dos dictadores bananeros" y llamó a Fidel Castro "tirano" por expulsar de Cuba a políticos y periodistas que iban a participar en un acto de la disidencia. Pero con quien se mostró muy molesto fue con Hugo Chávez, que el viernes insultó a José María Aznar llamándole "imbécil" y "fascista" y le comparó con Adolf Hitler. Rajoy dijo ayer que Chávez es "un desequilibrado y un memo".