Rajoy advirtió ayer de que corre el riesgo de quedarse sin calificativos por culpa de Zapatero. Fue sólo una forma de hablar. El líder del PP le llamó "cobarde" y le acusó de "humillarse" ante Batasuna por apoyar el derecho de reunión de sus militantes. No se quedó ahí. Concluyó que el presidente del Gobierno ya no tiene "autoridad moral" para exigirle a nadie que cumpla la ley. Rajoy considera que con su reflexión sobre las restricciones de la ley de partidos, Zapatero ha actuado con "desfachatez" porque "ha amparado" su incumplimiento. Por ese motivo le advirtió de que, en democracia, es la ley la que está por encima del presidente del Gobierno y no al revés.

DEBATE EN EL CONGRESO Las declaraciones de Zapatero sacudieron a los conservadores, que ayer concluyeron un retiro de dos días para reflexionar sobre sus futuras estrategias acerca del Estatuto catalán, la situación económica y la ley de dependencia. Pero las palabras de Zapatero, que Rajoy calificó como "las más graves pronunciadas por un presidente de Gobierno español", obligaron a cambiar los planes. El PP exige que el jefe del Ejecutivo comparezca en el Parlamento para dar explicaciones. "Quiero un debate con él. No puede negarse", insistió Rajoy.

La defensa del derecho de los aberzales a reunirse es una más de las "cesiones" del Gobierno a Batasuna. Las anteriores, según Rajoy, fueron permitir a EHAK --Partido Comunista de las Tierras Vascas-- estar en el Parlamento vasco, "romper" el pacto antiterrorista, "invitar" a ETA al diálogo y "mendigar" una tregua. Avisó de que la última fase será crear las mesas para "consagrar" la autodeterminación y "resolver" el tema de los presos.

Para evitar que se celebre la asamblea aberzale, el PP ha decidido reclamar la intervención de la Fiscalía General del Estado. Rajoy recordó que el Gobierno tiene esta competencia pero presumió que prefiere primar "el interés" de Batasuna: "El Gobierno y el PSOE tratan con más respeto a Batasuna que al PP".

Por otro lado, en la reunión de la cúpula del PP en Toledo también se interpretaron los resultados de las últimas encuestas, que apuntan un crecimiento del PP que, en algunos casos, se coloca a un par de puntos del PSOE. La situación económica del país, los preparativos de la convención del PP prevista para el mes de marzo y el debate de los estatutos de autonomía fueron otros temas abordados.