El líder del PP, Mariano Rajoy, ha afirmado este jueves que él no va a utilizar en campaña la decisión del juez de sentar en el banquillo a los dos expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

En una conferencia-coloquio organiza por el Diario de Burgos -en la que ha participado tras visitar las instalaciones de la fábrica de Campofrío y Navidul en la ciudad castellanoleonesa-, al ser preguntado sobre si cree que el 'caso de los ERE' puede pasar factura al PSOE y si lo va a utilizar en campaña, el presidente ha respondido con un categórico "no", para a continuación añadir que él estará "a lo que digan los tribunales", sin querer añadir nada más ni querer valorar el eximente esgrimido los socialistas, sobre que los expresidentes no se enriquecieron personalmente.

El líder conservador tiene difícil atacar al líder del PSOE, Pedro Sánchez, por este asunto dados los múltiples casos de corrupción que afectan a las filas populares. De hecho, Rajoy también ha tenido que responder sobre si apoya al presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, después de que la Guardia Civil haya pedido al juez que instruye el 'caso Púnica' que le cite a declarar como investigado (imputado, según la denominación antigua) por presuntos delitos de malversación y fraude en la administración.

Rajoy ha reiterado que en este asunto también estará "a lo que digan los tribunales", aunque ha prestado su apoyo a la continuidad, por el momento, del barón conservador al subrayar que "no le consta" ninguna "acusación formal" contra Sánchez.

LA RELACIÓN CON AZNAR

El presidente también ha recibido preguntas acerca de su amistad con José María Aznar, después de que el expresidente criticase la relajación del Ejecutivo en la contención del déficit. El jefe del Ejecutivo en funciones ha señalado que las relaciones con su antecesor en el partido son "estupendas", sin querer tampoco dar más detalles.

Respecto al desafío independentista catalán, Rajoy ha defendido su actuación, cargada de "firmeza" pero también "prudencia", según ha relatado. Y se ha ofrecido a "hablar" con la Generalitat pero sin hacer concesiones a las reivindicaciones soberanistas puesto que él no va a dialogar ni sobre "la unidad de España, ni sobre la igualdad de los españoles ni sobre la soberanía nacional", dado que "lo que sea España lo tienen que decidir todos los españoles".