En hablar y mirar al futuro. Ahí es donde está Mariano Rajoy". Con esta frase tan tajante, pronunciada por el propio Rajoy ayer en Barcelona, cualquier seguidor de la actualidad informativa podría pensar que intentaba defenderse de las acusaciones que, últimamente, ha recibido por sus supuestas ataduras al pasado al responder a la sentencia del 11-M reclamando más investigación. Y quizá es lo que intentaba hacer, aunque no lo aclaró.

El gesto del líder del PP era especialmente significativo por su contenido y porque contribuía a no dejar aislado a un diputado suyo en el Congreso, Jesús López-Médel, que el viernes publicó un artículo en este diario que no fue bien recibido en la cúpula del partido, pero que conectó con el punto de vista de un sector significativo de la formación. Ese mismo día, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón reiteraba su respaldo a la tesis de que, una vez conocida la sentencia, lo que debe hacer el PP es "respetarla y acatarla" para pasar página y mirar al futuro.

MEJOR PROGRAMA DESDE 1977 Pero esa no fue la única alusión de Rajoy al futuro. Así, recalcó que, si gana las elecciones, pondrá atención en lo que esté por venir y no en "Franco o las repúblicas", aunque esta vez sí dejó claro que se refería a la ley de memoria histórica."Yo solo voy a mirar al futuro. Las memorias históricas, Franco, las repúblicas, lo que ocurrió hace 500 años y Felipe V tienen muy poco sentido en el mundo en el que nos ha tocado vivir", dijo.

En ese contexto, demandó a los suyos esfuerzo para elaborar el programa. "Quiero el mejor programa que se haya hecho en España desde 1977", avisó.

Rajoy proclamó que, si gana las elecciones, planteará a la sociedad la necesidad de un "nuevo consenso" y, al PSOE, la oportunidad de retomar pactos de Estado en materias como el modelo territorial de España, la política exterior, la antiterrorista y diversos aspectos de la política social. Precisó, eso sí, que para la recuperación del clima de acuerdo es necesario que se produzca el cambio político en España, de tal forma que los populares tengan la oportunidad de demostrar que, a diferencia de los socialistas, "saben gobernar".

REFERENCIAS A CATALUÑA Dada su presencia en Cataluña, Rajoy pasó revista al capítulo de infraestructuras y, específicamente, al aeropuerto, el AVE y los trenes de cercanías. Primero, un mensaje para los catalanes: "Las personas tienen derecho a ser respetadas y a exigir al Gobierno que cumpla con su responsabilidad". A continuación, otro para socialistas: "Las prisas no son buenas consejeras. El interés general está por encima de los intereses del Ejecutivo". Y hubo posdata: "Por favor, no hagan pasar el AVE junto a la Sagrada Familia, que es un disparate". Como alternativa, ofreció gestión privada para El Prat, una idea que ya había expresado otras veces.