El líder del PP, Mariano Rajoy, no fue ayer precisamente políticamente correcto al reprochar al Ejecutivo que miles de inmigrantes estén cobrando el seguro de desempleo mientras millares de españoles tienen que ganarse la vida fuera del territorio español. El PSOE salió en seguida en tromba a denunciar el "tufo xenófobo" de estas declaraciones. En su intervención ante la junta directiva del PP, Rajoy reclamó una reforma "ya" de la política de inmigración porque "empezamos a ver algunas cosas que no son buenas en algunos lugares de España".

El líder popular, después la primera reunión de la dirección del PP tras las vacaciones estivales, apostó por "reformar la política de inmigración" porque España está volviendo "al pasado con 180.000 extranjeros cobrando el seguro de desempleo y 20.000 andaluces que han pedido trabajo en la vendimia francesa como hace muchos años". Paradójicamente, Rajoy llegó a apoyar algunas de las políticas desarrolladas por el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. "No basta con las declaraciones, que no están mal, del ministro de Trabajo, en los temas de inmigración, lo que hay que hacer es actuar y gobernar", reclamó.

DERECHOS Y DEBERES La reacción del PSOE no se hizo esperar. A través de un comunicado, la secretaria de integración del PSOE, Bernarda Jiménez, pidió a Rajoy que "se retracte" porque sus declaraciones tienen un "tufo xenófobo que recuerda a regímenes y a políticos que no son del todo democráticos". Jiménez quiso recordar al líder conservador "que en España todos los trabajadores tienen deberes y derechos, y uno de ellos es el de recibir la prestación de desempleo, y este derecho solo depende de haber cotizado a la Seguridad Social y no de su lugar de nacimiento, como parece defender el señor Rajoy", afirmó.

La responsable de inmigración del PSOE explicó que gracias a la política migratoria del Gobierno, en la actualidad hay más de 2.100.000 trabajadores extranjeros que cotizan y que, por lo tanto, "contribuyen, como cualquier otro trabajador, a la caja de la Seguridad Social".

Por su parte, el ministro de Economía, Pedro Solbes, pese a que no conocía las palabras del líder conservador, afirmó que en España el criterio de la nacionalidad no se tiene en cuenta para elegir a un trabajador o a otro. El vicepresidente subrayó que en una economía globalizada "hay gente que prefiere irse a trabajar fuera y hay otros que trabajan aquí, y hay otros que no prefieren irse pero ese es el trabajo que tienen en ese momento".

"Son cosas que suceden" en una economía globalizada, dijo Solbes, quien preguntado por si Rajoy ha tratado de volver a ligar el paro con la inmigración contestó que esa cuestión habrá que planteársela a Rajoy.