No sólo le negó el apoyo en una hipotética negociación con ETA, sino que le avanzó que nunca contará con el PP. Mariano Rajoy consideró que José Luis Rodríguez Zapatero "ha renunciado a derrotar" a los terroristas. Es más, acusó ayer al presidente de "traicionar la memoria de los muertos". La frase molestó tanto a Zapatero que le conminó a que la retirase. Pero Rajoy no lo hizo, sino que además le culpó de haber "revigorizado a una ETA moribunda".

Resultó evidente que ambos entienden de forma distinta el pacto antiterrorista. El PP considera que su esencia consiste en la búsqueda de la derrota incondicional de ETA. Y Zapatero entiende que el punto primordial obliga a la oposición a apoyar al Gobierno en su búsqueda del fin de la violencia. Y añadió que ningún "desafío" del PP evitará que el Gobierno intente acabar con ETA si tiene la oportunidad.

Rajoy pronunció el discurso más agresivo que ha hecho en el Parlamento, que llevó al presidente a recordarle su reciente promesa de no hacer oposición con las vísceras. El líder del PP le llamó "blando, radical y sectario" y, al mismo tiempo, le acusó de haber puesto a España "patas arriba" y de discutir su carácter de nación al haber "resucitado el cantonalismo", y le culpó de provocar enfrentamientos entre las comunidades autónomas "a mayor gloria de Pasqual Maragall y Josep Lluís Carod-Rovira".

NO ILEGALIZAR A EHAK En su lista de reproches, Rajoy no le perdonó que no se haya ilegalizado a EHAK, que el socialista Patxi López recibiera a sus representantes y que Zapatero se reuniera con el lendakari en funciones, Juan José Ibarretxe. Interpretó que mencionar expresiones como pacificación y apertura de un proceso de paz suponen "hablar en batasuno " y que la intención del Gobierno es "saltarse la Constitución" e "indultar a los asesinos y amordazar a las víctimas". Zapatero no sólo negó que esté negociando con ETA, sino que aprovechó para que recordar el Gobierno de Aznar sí lo hizo en 1998 y que el PSOE le apoyó sin reservas.

Rajoy dibujó la imagen de un país sin rumbo a causa de un presidente "falto de ideas" y sostenido por los grupos políticos "más radicales". En su opinión esa "prisión voluntaria" de Zapatero respecto a los grupos nacionalistas supone un nuevo proceso constituyente y una ruptura del espíritu que desembocó en la Carta Magna de 1978. El presidente rememoró también esa década y consideró que el PP "ha vuelto a 1977".

Fue el momento de aconsejar a Rajoy que abandone el tono de enfrentamiento. "No sé quién le empuja a este partidismo, pero quien sea no quiere bien a los españoles ni a usted", dijo en clara referencia al expresidente Aznar.

A la hora de abordar el debate territorial, el dirigente popular le acusó de no tener definidos los objetivos por prometer que aceptaría el Estatuto que apruebe el Parlamento catalán y de planear un "embrollo mucho más grave para el País Vasco". La misma indecisión le achacó en materia de financiación.

Recordando que la Constitución "no considera asimetrías", vaticinó la desaparición de España como nación si se consagra la propuesta financiera que ha avanzado el Gobierno catalán. Rajoy culpó a Zapatero y al tripartito de consolidar "una Cataluña cerrada, egoísta y antipática", lo que aprovechó el presidente del Gobierno para afear que el PP divida a los catalanes en malos y buenos: "Malos los del tripartito y buenos los demás". A causa de la bronca por la política antiterrorista quedaron diluidas cuestiones como la política exterior --le acusó de limitarla a relaciones con "caudillos bananeros de Cuba y Venezuela"-- o una política económica "que vive de las rentas".

INMIGRANTES El reciente proceso de regularización de inmigrantes centró también sus iras. Con la mirada puesta en Jesús Caldera, ministro de Trabajo, y tocándose la cara con gesto de llamarle caradura, Rajoy calificó el proceso de regularización de "disparate" y denunció que "más que un efecto llamada ha sido un auténtico trompetazo". Galicia, que el 19 de junio celebrará elecciones, ocupó buena parte del rifirrafe entre Rajoy y Zapatero. El primero acusó al PSOE de discriminar a esa comunidad y de paralizar el plan Galicia .