Dicen los veteranos de la cosa política --con independencia de las siglas a las que se deban-- que las encuestas solo son significativas cuando apuntan una tendencia en la opinión pública, y no un hecho coyuntural. En el barómetro publicado por este diario en diciembre del 2009, el líder del PP Mariano Rajoy fue más valorado que el presidente del Gobierno y líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, por primera vez desde las elecciones generales del 2004. Esa situación se repitió en el sondeo del pasado mes de mayo y ya ha quedado consolidada, como muestran los datos publicados hoy.

Así, el presidente del Gobierno repite suspenso respecto al anterior sondeo y se estanca con un 3,5 en la clasificación de líderes. Y no es que el 4,2 que obtiene su oponente Rajoy, su principal adversario, sea una puntuación para tirar cohetes, pero sube una décima respecto a mayo del 2010 y, además, es más valorado entre sus votantes de lo que es el jefe del PSOE entre los socialistas. Zapatero es calificado con un 5,2 entre su propio electorado y se queda por debajo del 4 entre los votantes de otras fuerzas políticas, mientras que Rajoy obtiene casi un notable de los suyos, un 6,9, aunque tampoco llega al aprobado en el resto de los partidos.

NI UNO NI OTRO Los españoles, por tanto, prefieren al presidente del PP como líder político y, lo que es más importante, también como jefe del Ejecutivo. Si ahora se celebrasen las elecciones generales y Zapatero volviese a ser el candidato del PSOE, el 39,5% se inclinaría por Rajoy, frente al 28,2%, que votaría al aspirante socialista. Ahora bien, tampoco hay que perder de vista que más del 27% de los encuestados no apoyarían, actualmente, a ninguno de los dos.

En cualquier caso, el respaldo al líder popular crece cinco puntos respecto al sondeo del pasado mayo, alcanzando su nivel más alto desde el 2003, año en que Rajoy fue designado por el expresidente José María Aznar como su sucesor. El PSOE retrocede tres puntos y obtiene su peor registro. En definitiva, Rajoy se impone a Zapatero en toda España, salvo en Cataluña y Euskadi, donde la antipatía por el jefe de los conservadores es mayoritaria en todos los segmentos de población analizados. Como contrapartida, el popular arrasa en comunidades como Galicia y Valencia, ambas con gobiernos del PP.

TIRON DE DURAN Más allá de la valoración que obtienen los líderes de los partidos mayoritarios, lo cierto es que el único político con un aprobado en su cartera es el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, pues obtiene un 5,4 y gana tres décimas en comparación con la encuesta del pasado mayo. Cuando se pregunta concretamente al electorado nacionalista catalán, la calificación de Duran sube hasta el 7,5, un notable alto.

Dada la desconfianza con la que los ciudadanos miran a los políticos, tampoco es desdeñable la nota de la responsable de UPD, Rosa Díez, que roza el aprobado con un 4,7, una décima más respecto al último sondeo, y mejora su imagen en Andalucía y Canarias. Tras ella, se sitúan el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara (4,0), y el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao (3,8).