Mariano Rajoy, que perdió los comicios generales el pasado domingo, seguirá al frente del PP hasta junio. Será entonces cuando el partido celebrará un congreso en el que él volverá a presentar credenciales para ser presidente de su organización y candidato a la Moncloa en 2012, salvo imprevisibles adelantos electorales.

Esa es la decisión que adoptó el líder de los populares tras su segunda derrota y que, en la tarde de ayer, comunicó a su comité ejecutivo. Esa decisión no solo llegó meditada, sino bien cocinada: Rajoy abordó esta reunión con la certeza de que absolutamente todos los barones territoriales --incluida Esperanza Aguirre-- iban a respaldar su continuidad y a garantizarle su reelección en el cónclave de junio. Apostar en estos momentos por Rajoy, según la mayoría de ellos, evita una guerra interna.

"Yo me voy a presentar al congreso de junio. Primero, porque la candidatura que encabezaba ha mejorado resultados, aunque el objetivo era ganar. Segundo, porque creo que es lo mejor para el PP y, en este momento, lo mejor para España", enfatizó Rajoy en rueda de prensa. Además, sacó a colación que cuenta con un proyecto en forma de programa electoral y con 10 millones de votos. Y cuando se pone en duda su capacidad para ganar llevando dos fracasos en los bolsillos, recuerda que "también los tuvieron Aznar y González y ahí están. O, mejor, ahí estuvieron".

SEGUNDO MEJOR RESULTADO El Comité Ejecutivo del PP se reunió ayer en Madrid para analizar, a puerta cerrada , los resultados. Y se hizo. Desde la secretaría general y la dirección de campaña se recalcó que se había subido en votos, porcentajes y escaños, obteniendo el segundo mejor resultado de su historia. Se valoró también el hecho de que los populares hayan aglutinado, dicen, los votos del centro y la derecha, dejando al PSOE el electorado de izquierda.

Tras exponer los informes, tomó la palabra Rajoy. Confirmó que habrá congreso en junio --tocaba en septiembre del 2007-- y que él se presentará a la reelección. Y que quiere ser candidato en las próximas generales, obviando que, según los estatutos, habría que celebrar otro congreso antes del 2012. Aseveró que seguirá defendiendo los mismos principios: el no rotundo a negociar con ETA, la nación española y el bienestar de los españoles.

Apuntó además que, de momento, seguirá con su núcleo duro y que quizás haya cambios en el cónclave, aunque no los comunicará hasta "el día antes". Fue en este contexto donde reivindicó su libertad para hacer sus "propios equipos" y dio la cara por un José María Aznar "que se ha portado como un señor".

Tras esto, avisó de que no le apetecía hablar "del conde de Romanones", a quien Rajoy plagió su célebre "¡joder, qué tropa!" para calificar uno de los muchos roces y malentendidos entre Aguirre y Ruiz-Gallardón.

AGRADECIMIENTOS A LOS SUYOS Y será verdad que no quería entrar en ello, pero dejó a los suyos una frase para la reflexión: "Agradezco muchísimo lo que ha hecho todo el mundo. Y para no entrar en gradaciones, que cada cual valore, de acuerdo con su conciencia, cuánto le debo estar agradecido". Cuando se le preguntó si Gallardón le había aclarado si seguiría o no en política, contestó que "nunca" tuvo dudas de que continuará.

Después de que Rajoy interviniera en el comité, pidió el micrófono el fundador del partido, Manuel Fraga, para, según fuentes populares, agradecer al actual líder del partido la decisión de volver a presentarse, "aunque el cuerpo pidiera otra cosa". A Fraga le sucedieron en el turno de palabra casi todos los dirigentes regionales, que quisieron exhibir unidad y dejar constancia de su apoyo a Rajoy. Esperanza Aguirre se felicitó por el paso dado por Rajoy y aseguraba que, ella estaba a su disposición. En similares términos se pronunció Gallardón, que añadió que el líder conservador había hecho un "ejercicio de responsabilidad" y que "el guión del PP debe escribirse desde dentro".

Aguas calmadas en apariencia. Pero habrá otra tormenta. Todos querrán cuota en la nueva dirección popular. Y Rajoy tendrá que decidir.