El presidente del PP, Mariano Rajoy, aprovechó ayer la clausura de la conferencia que los populares han organizado para denunciar la situación de "inseguridad" que a su juicio se vive en España y presentar a su partido como la gran alternativa al Gobierno, no solo porque el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero "lo haga mal", sino porque tienen soluciones a los temas que preocupan. Rajoy puso como ejemplo la cumbre hispanofrancesa del pasado jueves en Girona, y argumentó con sorna que Zapatero, en lugar de hablar de ETA, "un tema que nos afecta", decidió plantear al presidente francés, Jacques Chirac, algo mucho más ajeno a los españoles, como es la solución del conflicto entre Israel y Palestina.

"No hay que ser muy inteligente" para deducir que en la reunión entre los máximos responsables de los Ejecutivos de España y Francia "es razonable que se hable de ETA", señaló, y volvió a pedir al Gobierno que ponga fin al proceso de negociación con ETA. Rajoy consideró que el proceso de paz, a pesar de que afecta a ambos países, no se abordó porque "a Francia le consta" que los etarras se están fortaleciendo "mientras el Gobierno sigue negociando con ellos". Sin embargo, aunque no fue el asunto central de la cumbre, Chirac sí aprovechó la ocasión para expresar su respaldo "sin reservas" al proceso.

ESPOT POLEMICO La intervención de Rajoy vino precedida de la proyección del espot en el que se muestra una España tomada por las mafias y la violencia callejera para denunciar que la seguridad es "el fracaso" de Zapatero, pese a que el PP ha reconocido que contiene imágenes de la etapa de Aznar y ha sido muy criticado por otros partidos. El responsable de Interior del partido, Ignacio Astarloa, no mencionó el error, sino que justificó implícitamente la inclusión de altercados de 1996 y el 2002 al decir que el vídeo demuestra cómo el PSOE les dejó "la seguridad en el 96, con la policía y la guardia civil desguazadas".

Rajoy, ante una sala abarrotada, echó en cara al Ejecutivo cada uno de los escándalos relacionados con Interior y denunciados por los medios afines al PP. Así, aseguró que el PP "nunca utilizará a los policías para detener a militantes de la oposición" ni amparará a "quien avise a los terroristas de que hay en marcha una operación policial", en referencia al chivatazo de una redada contra el aparato de extorsión etarra, ni a "quien falsifique documentos", en alusión al ácido bórico.

Asimismo lanzó dos acusaciones de extremada gravedad. Explícitamente, y como lleva denunciando el PP en los últimos días, culpó al Ejecutivo de presionar a los jueces para que tomen "decisiones según convengan al Gobierno o a ETA". E, implícitamente, acusó a Zapatero de usar las fuerzas de seguridad al servicio de su partido.