Mariano Rajoy quiso manifestar en el Congreso una voluntad que han venido demostrando él y el resto de los dirigentes del PP en los últimos meses: los temas relacionados con la presidencia española de turno de la UE, que empieza el 1 de enero, no se convertirán en munición contra el Ejecutivo. "A todos nos conviene que salga bien ..., lo que exige, en consecuencia, una actitud de acuerdo muy por encima de lo que pueden reclamar los compromisos que no atraviesan nuestras fronteras", dijo Rajoy, quien subrayó que lo que está en juego es "el prestigio de España" ante el mundo.