El presidente del PP, Mariano Rajoy, recordó ayer que "cualquier militante" tiene derecho a presentar una candidatura alternativa a la dirección del partido en el próximo congreso de los populares. Y quien lo haga, subrayó, "será visto como un compañero de partido que tiene formas diferentes de ver las cosas, no como un enemigo".

Rajoy escogió Andalucía para su primera aparición tras la sesión de investidura del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Y se rodeó de sus dos principales apoyos internos en el PP, el presidente del partido en Andalucía, Javier Arenas, y el de Valencia, Francisco Camps, con los que paseó por la Feria de Abril de Sevilla.

Antes, en Córdoba, agradeció la labor de los interventores y apoderados del PP durante las pasadas elecciones generales y les explicó que se presenta a la reelección porque cree que "será bueno para España y para el PP" y porque se lo ha pedido "mucha gente". "Tenemos un gran partido en el que cabe todo el mundo, españoles de distintas formas de ver las cosas, siempre y cuando crean en los principios fundamentales de la unidad de España, de la libertad y de la igualdad entre los españoles", subrayó el líder de los populares.

El dirigente del PP aseguró que no pedirá apoyos a nadie que no sea del partido, porque no acepta "hipotecas para el futuro" y porque, subrayó, de lo que puede presumir es de su independencia. Para reforzar esta idea, aseguró que no otorga ninguna importante a "lo que diga alguien que no sea del PP en defensa de lo que quiera".