Mariano Rajoy anda escaso de suerte. Al menos, en lo que a sus discursos concierne. El lunes, enfatizaba que hay más de 180.000 inmigrantes cobrando el paro en España en tiempos de crisis. Y la lió. Ayer, en una reunión con empresarios, la volvió a liar: admitió que no cree "inteligente" cumplir con el Estatut y reformar el modelo de financiación. Y de paso, vinculó el incremento del gasto sanitario, nuevamente, a la población extranjera. Y por si había dejado pocos frentes abiertos, aprovechó para defender la energía nuclear.

Rajoy había convocado a representantes del mundo empresarial. Su objetivo: convencer de que él no busca entorpecer al Gobierno en la gestión de la crisis, sino "ayudar". Eso sí, puso como condición que se abandone el "autoengaño"; que se tomen medidas inmediatas y que, de paso, se deje de "dilapidar" la credibilidad de España.

En este contexto, explicó cuáles son sus propias recetas para frenar turbulencias: austeridad en las cuentas públicas; rebaja fiscal para pymes e incrementos de deducciones por hipoteca. Y criticó que se utilice en exceso el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para favorecer la financiación de empresas, avisando de que su endeudamiento no debería superar el 3,5 % del PIB. Asimismo, se quejó de que la ayuda oficial al desarrollo haya aumentado hasta los 4.000 millones de euros, mientras que el presupuesto del Instituto de Comercio Exterior (Icex) se queda en 243 millones.

Hasta ahí el discurso oficial de Rajoy. Ya a puerta cerrada, arremetió contra el proyecto de reformar la financiación, porque acarreará más gasto público. "No es lo más inteligente en este momento", sentenció, pese a admitir que dicha reforma viene supeditada a una ley, esto es, el Estatuto catalán. "Es verdad que nos obliga una ley, pero ya se ha incumplido, porque el sistema de financiación debía estar en vigor desde el 9 de agosto", dijo.

POR LA ENERGIA NUCLEAR Respondiendo a una intervención anterior del exministro socialista Miguel Boyer, Rajoy habló también de energía nuclear. Para defenderla. Y de gasto sanitario, para señalar que "se está disparando" y para alertar de que "se disparará todavía más". ¿Por qué? Por el aumento de población. Aunque él únicamente se refirió a los inmigrantes: aseguró que el porcentaje de inmigración ha pasado del 2,6% de 1996 al 11% actual. "Este sector de población es muy consumidor de servicio público sanitario", espetó. Claro que no sabía que sus palabras estaban siendo recogidas en la sala de prensa.