Apoyado por su partido y más cerca de ser presidente del Gobierno. Así se siente Mariano Rajoy. Aunque el PP gallego no se haga con la mayoría absoluta el martes, Mariano Rajoy cree que el resultado de las elecciones zanja las discusiones sobre su liderazgo en el partido y le deja en una buena posición para alcanzar la Moncloa en el 2008.

El comité ejecutivo del PP analizó ayer el panorama político que ha dejado el 19-J. Al término de la reunión, Rajoy dijo a los periodistas que se siente "respaldado" por los suyos, que su liderazgo "no se cuestiona" y que optará a la presidencia del partido en el congreso que harán en el 2007. También aseguró que el PP "conserva bien su base electoral y su crédito para volver a ganar unas generales".

Ya con los ojos puestos en Galicia, concluyó que 37 escaños pueden verse como un buen resultado si se tiene en cuenta la "difícil situación" por la que atravesaba el PP. Esto es, con el PSOE en el Gobierno central y con un candidato de 82 años enfrentado a sus quintas elecciones consecutivas. A estos problemas, se unía la dificultad de no haber podido dejar atada la sucesión de Manuel Fraga por unas pugnas entre barones que estuvieron a punto de provocar una fractura interna. En este sentido, sobre quién relevará al anciano candidato no avanzó nada. Es más, dijo que "todavía" no se lo ha planteado. "Que sea presidente y luego ya veremos", declaró.

No piensa igual una parte del PP gallego, que espera a confirmar si el PP pierde la mayoría absoluta tras contabilizar el voto emigrante para dar el siguiente paso en la carrera por la sucesión de Fraga. El voto rural ha respondido mucho mejor que el urbano y eso ha llevado al sector de la boina , que aglutina a los dirigentes rurales, galleguistas y populistas, a sacar pecho.

En su análisis electoral, Rajoy se mostró convencido de que "48 horas más de campaña" hubieran bastado al PP para hacerse con 39 escaños.