Mariano Rajoy convirtió ayer el debate parlamentario sobre la última cumbre europea en plataforma para descalificar con dureza la política exterior del Gobierno y exigirle una reorientación "urgente". El líder del PP dudó de la capacidad de José Luis Rodríguez Zapatero para defender los intereses de España en la UE, bien porque esté "fatigado" o porque "no se atreva a mantener la firmeza".

Jaleado por la bancada de su grupo político, lo conminó para que se tome a España "en serio" y "trabaje", sobre todo ante las negociaciones presupuestarias que se avecinan en la Unión. También le advirtió de que sus "amigos de las fotos" son los que menos ayudarán a España, en alusión al presidente francés, Jacques Chirac, y al canciller alemán, Gerhard Schröder.

"Le gustan a usted demasiado las fotos, señor Zapatero, y la fatiga influye mucho en su vida. Confío en que cuando España lo necesite, esté usted bien descansado", espetó Rajoy. En sus constantes referencias a la "fatiga", se refería a la cumbre hispano-polaca que debía celebrarse el 14 de diciembre y que la Moncloa canceló al prolongarse hasta la medianoche su testimonio en la comisión del 11-M.