José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy rindieron ayer un sobrio homenaje a las víctimas de la masacre del 11-M del 2004. Pero sólo coincidieron en su presencia en el acto, ya que mientras el presidente del Gobierno conversaba con los afectados, el líder del PP decidió marcharse y acudir a otro homenaje organizado por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que preside Francisco José Alcaraz, en el que se criticó al Ejecutivo socialista por su política sobre ETA. Rajoy ya había empezado el día con declaraciones en las que dudaba de que los autores de la matanza fueran islamistas.

El acto oficial de la jornada para homenajear a los 192 fallecidos y 1.500 heridos se celebró en el que hasta hace unos días se llamaba Bosque de los Ausentes y que, por deseo de las víctimas, ha pasado a ser Bosque del Recuerdo, en el parque del Retiro.

DOS ESTUDIANTES La ofrenda floral la realizaron dos estudiantes del colegio de San Ildefonso, uno de ellos de origen argelino. Ambos colocaron al mediodía una corona del flores a los pies de la columna situada en la entrada del bosque de olivos y cipreses, mientras la bandera española ondeaba a media asta.

Después, las autoridades y el público guardaron cinco minutos de silencio y la violonchelista Blanca Colines interpretó El cant dels ocells , de Pau Casals, como hizo al año pasado cuando se inauguró el bosque en presencia de los reyes Juan Carlos y Sofía.

En esta ocasión estuvieron presentes Zapatero y su esposa; Rajoy y líderes del resto de fuerzas parlamentarias; los presidentes del Congreso, el Senado y el Tribunal Constitucional (Manuel Marín, Javier Rojo y María Emilia Casas); el embajador estadounidense, Eduardo Aguirre; el comisionado para las víctimas, Gregorio Peces Barba; además de los representantes de las asociaciones de afectados, con Pilar Manjón y Alcaraz entre ellos.

Pese a la aparente unidad, la crispación política irrumpió en la jornada de duelo, sobre todo nada más acabar la ceremonia oficial. Cuando el presidente, su esposa y sus ministros se dedicaban a saludar a las víctimas presentes --con las que hablaron a solas o en corrillos durante una hora--, Rajoy, acompañado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y por el resto de dirigentes del PP, abandonaron la reunión.

La AVT, que está integrada en su mayor parte por víctimas de ETA y cuyo presidente se ha significado como partidario de las tesis del PP, había convocado su propio acto en el mismo recinto de El Retiro y hacia allí se encaminaron Rajoy y los suyos. Era evidente que el PP conmemoraba su particular homenaje mezclando el terrorismo etarra con el del 11-M. No dejó lugar a dudas Rajoy. En un acto previo celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el líder del PP volvió a extender la sombra de ETA sobre el 11-M reclamando a las autoridades que sigan investigando para averiguar "quiénes han sido" los autores, lo que consideró muy importante "cara al futuro" para evitar que vuelva a ocurrir. En ese acto, organizado por la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M (otra entidad presidida por Angeles Domínguez), Alcaraz estuvo a su lado.

En el del Bosque del Recuerdo, ni Rajoy ni los demás responsables del PP hablaron con las víctimas. Al final, un grupito de simpatizantes del PP insultó a Manjón y le acusaron de ayudar al Gobierno. Ella replicó que es libre de apoyar a quien quiera.

REPROCHES El PP demostró que su acto central del 11-M era el que la AVT celebró en el Templete del Retiro, a 500 metros del Bosque del Recuerdo, con el argumento de que también era el día europeo de las víctimas del terrorismo. La socialista --crítica con su partido-- Gotzone Mora, en presencia de Rajoy y Aguirre, cargó contra Zapatero y dijo que "está pisoteando la dignidad" de las víctimas del terrorismo por abrir un diálogo con ETA. Entre aplausos de Mariano Rajoy, el centenar de asistentes clamaron: "¡Zapatero traidor!".

El Ejecutivo no se esperaba un ataque semejante. "Pensábamos que estarían tranquilos un día como éste --dijo un alto responsable gubernamental en alusión al PP--, pero no respetan ni siquiera el dolor del 11-M". Zapatero no quiso hacer declaraciones. Tenía que ser, dijo a sus asesores, el día de las víctimas y el del silencio de los políticos.

En Extremadura también se recordó a las víctimas con misas en Cáceres y Badajoz, donde el presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra dijo que el de ayer debía ser un día "para estar al lado de las familias que han sufrido el azote del terrorismo y de los que han logrado sobrevivir, como muestra de apoyo, cariño y solidaridad".