Mariano Rajoy echó anoche en Madrid el cierre a una campaña que el PP ha vivido como la primera vuelta de unas generales. Ante las 16.000 personas que abarrotaron el madrileño Palacio de los Deportes, Rajoy dijo estar preparado para dar "el relevo" a un Gobierno que, a su entender, ya ha tocado fondo, dado que no tiene "líder, ni proyecto, ni nada de nada".

Hacía años que Mariano Rajoy y los suyos no afrontaban una cita con las urnas con augurios demoscópicos tan propicios y con su principal adversario, el PSOE, tan debilitado y obligado ade- más a gestionar un tema tan delicado como la decisión adoptada por la Junta Electoral de prohibir, hoy y mañana, las concentraciones de los indignados.

"Deseo mucho acierto a Rubalcaba. Lo único que no puede hacer es mirar para otro lado", llegó a decir ayer Rajoy, mientras su candidata en Madrid, Esperanza Aguirre, "bromeaba" (eso dijo después) con la idea de convocar una concentración en la sede del PSOE para forzar la dimisión de Zapatero.

REACCION AL 15-M Igual que le ha sucedido al resto de partidos políticos, el PP se ha visto obligado a adaptar su discurso en los últimos días de campaña para dar una respuesta al movimiento Democracia Real Ya, en principio poco proclive a apoyar a los grandes partidos en las urnas e, incluso, simpatizante de la abstención. "Votar es la gran fiesta de la democracia y pido a todos que voten", sentenció ayer Rajoy.

Además de Madrid, Rajoy visitó ayer Castilla-La Mancha, donde acompañó a su candidata María Dolores de Cospedal, de quien dijo que el domingo va a hacer "algo histórico".

Tanto en el mitin de Madrid como en el de Guadalajara se habló poco de los adversarios políticos autonómicos y locales y mucho de Zapatero. De hecho, el PP repartió ayer entre sus cargos un resumen de los 10 cambios que podrían producirse si, en 48 horas, los populares vencen en las urnas, y que van desde la gestión económica a la estrategia frente a ETA; algo que sobrepasa con mucho las competencias autonómicas y municipales.