Consciente de que solo le queda una oportunidad para ganar la Moncloa, Mariano Rajoy está dispuesto a jugar todas las bazas posibles en las próximas elecciones generales. Y en esa partida quiere que Josep Piqué tenga un papel destacado, por lo que está estudiando colocarle de cabeza de lista por Barcelona al Congreso de los Diputados, según fuentes populares. Una decisión que se inscribiría en la estrategia de paulatino viraje al centro que Rajoy parece haber iniciado.

ELOGIO AL CANDIDATO Ese cambio de rumbo lo expresó Rajoy, hace apenas tres semanas, en un hotel de Barcelona lleno de interventores y apoderados del PP a los que agradeció su participación en la campaña electoral. El líder de la oposición alabó la campaña de Piqué y dijo que él iba a hacer "lo mismo" en España. "Vamos a llenar España de moderación, de equilibrio, de respeto, de tolerancia y de sentido común", exclamó.

El presidente del PP aseguró que su partido se presentará como "una alternativa de moderación", que Piqué ha simbolizado tanto como ministro como en la oposición, cuando no ha dudado en distanciarse de Angel Acebes y Eduardo Zaplana, a los que llegó a decir que se les identificaba con "una etapa muy concreta que conecta con el pasado".

Los dirigentes que están a favor de que Piqué se presente argumentan que, "sin duda", es "el mejor activo" que tiene el partido en Cataluña y que hay que aprovecharlo para el "ahora o nunca" que resuena en la cabeza de Rajoy. Sus defensores consideran que Piqué es el único que puede lograr que el PP se recupere de la debacle del 14-M del 2004 cuando, con Dolors Nadal al frente, perdió 6 escaños e intente colocarse como segunda fuerza en unas generales, en detrimento de CiU.

Esta victoria supondría un hito largamente perseguido de superar en unas elecciones a los nacionalistas, algo que sí consigue el PSC sin ninguna dificultad desde 1977.

LOS "INTERESES PERSONALES" Los que están en contra de que sea cabeza de lista denuncian el supuesto "doble juego" de Piqué, a quien achacan que nunca se haya interesado por la vida interna del partido, históricamente azarosa. También creen que, si encabeza la lista, debe dejar la presidencia del PPC.

Sin embargo, diversas fuentes de los conservadores en Madrid sostienen que Piqué podría concurrir y seguir siendo jefe de filas hasta saber si el partido gana las elecciones.

Esa espera es la que más irrita a sus colegas del PPC, que ya han empezado a pensar en la redistribución de cargos (la presidencia del partido y la del grupo parlamentario), a los que también añaden el de la portavocía en el Parlamento catalán, al sospechar que, Piqué puede llevarse a Madrid a su mano derecha, Francesc Vendrell.