El líder del PP, Mariano Rajoy, es consciente de que la crisis económica constituye, actualmente, su principal arma política para erosionar al Gobierno. Y ha decidido dispararla desde todos los frentes posibles en los que su partido tenga el control sobre las instituciones: comunidades autónomas y, especialmente, ayuntamientos. Por eso, ha dado directrices a sus alcaldes para que, en los próximos meses, ejerzan "la máxima presión" sobre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Los alcaldes y concejales conservadores, que se reunieron en Madrid hace una semana, han recogido rápidamente el guante lanzado por Rajoy. Por el momento, están dispuestos a abandonar la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), actualmente bajo la batuta socialista. ¿Con qué excusa? Con la de protestar por las descalificaciones que el presidente de la entidad, Pedro Castro, alcalde de Getafe, dedicó a los votantes del PP. Si no dimite, sostienen los populares, serán ellos los que se vayan. Pero la realidad es que la decisión fue tomada, por la dirección del PP, antes de que Castro espetara su polémica frase.

LA EJECUTIVA En cualquier caso, los populares ya tienen preparada su estrategia para mañana en que se reunirá la ejecutiva de la FEMP. El responsable del área autonómica y local del PP, Juan Manuel Moreno, explicó que los 11 representantes del partido exigirán, "con firmeza", la dimisión de Castro.

Moreno admite, sin embargo, que marcharse de la institución era una posibilidad que su partido venía planteándose desde hacía tiempo, por estimar que Castro se comporta como "un delegado de Ferraz", la sede central del PSOE en Madrid, y no defiende los intereses municipales. "El PSOE eligió a Castro como presidente no por su empaque, sino para que el PSC Partido Socialista de Madrid tuviera un poco más de visibilidad", sentenció el dirigente popular.

A su juicio, esa supuesta entrega de Castro al PSOE explica que haya aceptado sin protestar el recién creado fondo para los ayuntamientos (dotado con 8.000 millones), "que solo pospone el problema real: el de la financiación". Por su parte, los dirigentes del PP se dedican a criticar el fondo --se abstuvieron en el Congreso-- mientras sus alcaldes presentan proyectos para hacerse con su parte del botín, muy codiciado en plena crisis. Según Moreno, los ciudadanos no van a ver ninguna contradicción, porque la situación es de "emergencia" para los ayuntamientos, pese a que las medidas de Zapatero sean "coyunturales e ineficaces".

En este contexto, los populares tienen previsto seguir pidiendo dinero para los municipios desde el Congreso y el Senado, además de en los parlamentos autonómicos. De hecho, pretenden aprovechar el proceso de negociación de financiación de las autonomías para seguir dando guerra con los ayuntamientos: exigirán un plan propio para consistorios, que incluya la elaboración de un nuevo estatuto sobre competencias locales.

"Vamos a seguir en esta línea toda la legislatura", reconoce Moreno, "ejerciendo la máxima presión sobre el Gobierno". Y la máxima presión se puede traducir, aseveró, en una manifestación contra Zapatero.

EL FRENTE CONTRA ANV La disolución de los ayuntamientos de ANV será otro caballo de batalla del PP y sus alcaldes. Piensan presentar, en todos los consistorios donde tienen representación, mociones instando al Gobierno a dar ese paso. La táctica busca que los socialistas se retraten municipio por municipio. Además, los populares van a solicitar la creación de un órgano bilateral Estado-municipios, a fin de terminar con el "déficit de representación" de las instituciones locales.