El presidente del PP, Mariano Rajoy, reclamó ayer insistentemente que el juez Baltasar Garzón levante el secreto de sumario sobre la trama de corrupción presuntamente vinculada a los populares. "Queremos saber a quién se acusa del PP y de qué", exigió el líder de los populares, alegando, una vez más, que su partido se mueve en una absoluta "indefensión", dado que en los medios de comunicación se publican nombres de muchas personas vinculadas con el PP. El líder conservador siguió defendiendo que su partido tiene derecho a personarse como acusación particular en la causa, pese a que Garzón ya lo ha rechazado de inmediato.

El jefe de la oposición considera que tras el auto del juez del pasado jueves se vierten numerosas sospechas sobre dirigentes honorables de su partido que "no saben si alguien les acusa y de qué" y, por tanto, reclamó "transparencia" de la justicia.

La otra línea de actuación de los populares, indefensión aparte, consiste en el ataque constante al ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, por su ya célebre cacería de fin de semana con el juez instructor del caso, Baltasar Garzón. Rajoy avanzó que en la sesión de control en el próximo pleno del Congreso exigirá al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la dimisión del titular de Justicia. A juicio del presidente popular, esa dimisión es la que se produciría "en cualquier país civilizado", además de la decisión de Garzón de inhibirse del caso. Como buen aficionado al deporte, Rajoy hizo un símil afirmando que en este asunto es como si a un equipo de fútbol le pitan tres penaltis injustos y al día siguiente se sabe que el árbitro cenó con el entrenador del club ganador.

PREGUNTAS Así, el PP saldrá en tromba en la próxima sesión plenaria del Congreso a centrar el debate en torno a la cacería, exigiendo también al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que dé información sobre si el comisario general de la Policía Judicial, Juan Antonio González, estuvo también con Bermejo y Garzón en la montería. A ello se añade que los populares aprovecharán preguntas planteadas a Bermejo para traer a colación su fin de semana de caza.

El Gobierno respondió ayer con firmeza ante las acusaciones del PP. Pese a que no causa precisamente alegría el encuentro de Bermejo y Garzón en una cacería, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega reclamó al PP que resuelva sus problemas y que no se agarre "a un clavo ardiendo", a ese hecho concreto en el que está basando su estrategia para deslegitimar la operación judicial. "No creo que lanzar cortinas de humo ni sospechas sobre otros sirva para afrontar las responsabilidades, y en este caso todo apunta a que las responsabilidades están en el PP", remachó De la Vega.

INCOMODIDAD DEL EJECUTIVO La cacería incomoda al Ejecutivo. Tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta sorteó en repetidas ocasiones las preguntas sobre ese encuentro. "No tengo nada que decir", dijo. De la Vega acabó calificándolo de "acción privada", insistiendo en que los hechos investigados "conciernen solo al ámbito del PP".

El Gobierno confía en mantener la colaboración con el PP en el ámbito de la justicia, con la renovación del Tribunal Constitucional aún en el aire. Fernández de la Vega incidió en ello al pedir "responsabilidad" al PP para que no se paralice el pacto entre los dos grandes partidos.