El Partido Popular continúa poniendo condiciones poco menos que imposibles para permitir al Gobierno apuntarse un tanto con el referendo sobre la Constitución europea, previsto para el 20 de febrero. Si hace unos días fijó el éxito de la convocatoria en que concite una participación que supere el 50% del censo, ayer su líder, Mariano Rajoy, condicionó "buena parte" del resultado de la consulta a la tajada de fondos de cohesión que logre sacar José Luis Rodríguez Zapatero en la cumbre europea de la próxima semana.

El presidente del PP cerró un acto celebrado en un hotel de Madrid, donde convocó a 300 personas para hablarles sobre la Constitución europea. Pero apenas habló de ella. El líder conservador dedicó el grueso de su intervención --igual que los tres oradores que le precedieron-- a alertar del peligro que supone para España la negociación de las perspectivas financieras de la Unión Europea para el periodo 2007-2013, que se inicia en Bruselas el próximo jueves. Un peligro incrementado por la "pasividad absoluta" que achacó a Zapatero, y su entrega gratuita a las tesis que defienden los gobiernos de Francia y Alemania, contrarias, a su juicio, a los intereses de España.

Rajoy ironizó sobre las consecuencias que han tenido para España las cumbres bilaterales celebradas en los últimos meses con Francia, Italia y Alemania. "Cada abrazo de Zapatero nos sale a un billón de pesetas", acusó el líder del PP, al referirse a las buenas relaciones exhibidas por el español con el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder.

EL PLAN DE LA COMISION Según Rajoy, 6.000 millones de euros será lo que España perderá anualmente si prospera la propuesta de la Comisión Europea para el 2007-2013. En esa hipótesis, España dejaría de percibir gran parte de los fondos de cohesión al superar el 90% de la renta media de los Veinticinco. "Estoy a favor de los abrazos, pero también de negociar", sentó el líder del PP, que conminó a Zapatero a hacerlo "con inteligencia, fuerza y finura" el próximo jueves en Bruselas. Ya que "buena parte del éxito del referendo de la Constitución dependerá de esa negociación", advirtió el líder de la oposición.