Mariano Rajoy se distancia de buena parte de los cargos de su partido y ha evitado este viernes reclamar públicamente a Rita Barberá que deje su escaño. El líder de los populares ha alegado que como la exalcaldesa "ya no es militante del PP", él ya no tiene "ninguna autoridad sobre ella", como no la tiene sobre "otras personas".

El presidente en funciones ha explicado que el PP pidió a la senadora que "renunciara a la militancia" después de que el Tribunal Supremo, el pasado martes, le abriera una investigación penal para averiguar si contribuyó al blanqueo de capitales en su etapa como alcaldesa de Valencia. Fuentes de la dirección del PP aseveran que la intención inicial del partido era que Barberá también renunciara a su escaño, pero la parlamentaria se negó alegando que esto supondría asumir su culpabilidad, pero Rajoy ha evitado confirmar este extremo..

Visiblemente incómodo, en una rueda de prensa en Bratislava, tras la cumbre de los jefe de Estado europeos, ha rechazado contestar si le parece suficiente que Barberá deje solo el partido, con el argumento de que ya había dicho todo lo que tenía que decir sobre el 'caso Barberá', que esta semana ha agitado a su partido.

En línea con Rajoy, la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha escudado este viernes en la separación de poderes para no reclamarle a Rita Barberá que su acta.

La mano derecha del presidente ha subrayado que el Gobierno no fija posición sobre personas "que están siendo investigadas", como le ocurre a Barberá, y además ha hecho hincapié en que la senadora "ya no es afiliada al PP", partido que "ya ha tomado sus decisiones al respecto".

La vicepresidenta sí que se atrevió sin embargo a pedirle el cargo a Magdalena Álvarez desde la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando la política socialista fue imputada en el 'caso de los Eres'. "Yo llamo a Magdalena Álvarez a la responsabilidad", dijo entonces Santamaría (junio del 2014).

UN REFERENTE COMO ALCALDESA

También se le ha preguntado a la vicepresidenta por el apoyo que en su día prestó a Barberá, a la que llegó a considerar un referente. La número dos del Gobierno ha dicho que cuando hizo esas declaraciones opinaba "como muchos ciudadanos de la ciudad de Valencia que la habían votado en innumerables ocasiones y con mayorías absolutas altísimas".

Y también ha vuelto a hablar del 'caso Barberá' la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. La expresidenta de Castilla La-Mancha ha incidido en defender la "presunción de inocencia" de la valenciana. "Cada uno tiene que seguir sus principios, ser justos y defender la presunción de inocencia, sean del Partido Popular o no" porque "hoy le puede tocar a un político y mañana a un médico, a un periodista o a un empresario", ha considerado durante una visita a la feria de Albacete.

Sobre la conveniencia de abrir el debate sobre sí aquellos senadoresque fueran imputados deberían dejar su escaño, Cospedal ha dicho que no se pueden hacer "las cosas sin pensar", "dejándose llevar solo por temas mediáticos".

Las reflexiones de la número dos del PP, y en cierta manera las de Rajoy y la vicepresidenta, contradicen la posición de muchos de sus compañeros de filas. Vicesecretarios como Javier Maroto y Pablo Casado reclaman a Barberá que deje su escaño, al igual que dirigentes autonómicos como Cristina Cifuentes, además coincide con otros partidos en la conveniencia de estudiar posibles cambios legales que permitan a las formaciones reclamar a los parlamentarios su acta.