El Gobierno y el PP tratan de impostar que el 'caso Soria' es un asunto cerrado y bien resuelto con la dimisión del ministro de Industria. Para ello, la mejor estrategia consiste en no hablar del tema, como si este no hubiera existido. Un día después de la histórica renuncia de un ministro en funciones por su vinculación con empresas en paraísos fiscales, una relación qué el afectado reconoció el viernes por la noche en una entrevista, Mariano Rajoy y la cúpula del PP han celebrado una convención en Zaragoza sin hacer ni una mínima alusión al tema.

A la entrada y la salida del acto el presidente y su equipo han rehuido deliberadamente a la prensa, mientras que el discurso del presidente en funciones ha vuelto a girar en torno a la necesidad de poner en marcha en España una gran alianza, un gobierno estable, pero sin mostrar demasiadas esperanzas en su consecución, dados los ataques a Pedro Sánchez, entre otros motivos por "mendigar" un pacto a Pdemos, y los anuncios preelectorales.

Si hace quince días, en la convención sobre medidas sociales, prometió, en clave electoral, que si pasados los previsibles comicios de junio vuelve a reeditar su cargo, la jornada laboral terminará a las seis, este sábado ha lanzado varias propuestas educativas, entre ellas un plan de digitalización de la enseñanza, con gratuidad de materiales y formación de profesores, otro plan de erradicación del acoso escolar y que ningún universitario obtendrá, dentro de 10 años, el título si no acredita un conocimiento suficiente de inglés (el título B2).

LA RESPONSABILIDAD

En la misma línea, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no ha hecho ninguna alusión directa al 'caso Soria' pero sí ha contrastado la "responsabilidad" de los conservadores frente a los "ejemplos en otros partidos de aquellos que intentan rehuir sus responsabilidades como responsables políticos". Una cantinela similar a la utilizada por la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, el viernes tras el primer Consejo de Ministros sin Soria.

Y es que el sentir mayoritario en el PP es que, aunque la oposición previsiblemente intente seguir desgastando a Rajoy con la polémica, exigéndole que rinda cuentas en el Congreso por la relación de uno de sus ministros con paraísos fiscales, el tema se ha zanjado "bien", con una rápida dimisión, en comparación con otros asuntos que afectan a sus siglas. Así, pese a que buena parte de la dirección del PP y de las organizaciones territoriales les hubiese gustado que Soria tirase la toalla el jueves, cuando se publicó que fue administrador de una empresa en Jersey, la interpretación más extendida es que la polémica no hará mucho más daño a Rajoy, al menos no tanto como el 'caso Barberá', con la exalcaldesa resistiéndose a dejar su escaño y las filas populares.