No vamos a ser menos. Bajo esa premisa, las comunidades autónomas gobernadas por el PP cuentan desde ahora con el beneplácito de Mariano Rajoy para pedir el sistema de financiación que más les beneficie. La idea de los populares es partir de una propuesta de máximos para forzar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a que ponga sobre la mesa un modelo básico, con lo que se equilibrarían las pretensiones de las distintas comunidades. El primero de los presidentes en proponer un sistema de financiación similar al que busca Cataluña ha sido el de Baleares, Jaume Matas.

La única condición para que Rajoy dé luz verde al modelo balear o a otros similares es que se apruebe por unanimidad después de negociarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. El requisito de la unanimidad puede tener dos consecuencias. Que las autonomías rebajen sus pretensiones hasta pactar un modelo de mínimos, o que no se logre el pacto, con lo que seguiría en vigor el actual sistema de financiación. Esta última es la opción que siempre ha defendido el PP, ya que nunca ha considerado necesario reformar la cesión del 30% del IRPF que José María Aznar acordó con CiU.

El secretario general del PP, Angel Acebes, recordó las bases de un nuevo sistema: no vulnerar el criterio de solidaridad, garantizar la igualdad y colaborar en la cohesión estatal.

DESBARAJUSTE Fuentes de la dirección popular consideran imposible ceder el impuesto de sociedades por la dificultad de determinar en qué territorio genera los beneficios una empresa. Sin embargo, justifican que Baleares lo pida para poner en evidencia el desbarajuste que provocan las pretensiones de Cataluña. "No es el PP el que ha abierto este proceso, sino el presidente del Gobierno", sostuvo Acebes, quien acusó al Ejecutivo de buscar un modelo de financiación "a la carta" que llevaría a 17 sistemas distintos.