Mariano Rajoy cree al presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, cuando garantiza que él siempre se ha pagado su ropa y no ha aceptado regalos de ninguna red corrupta. Y le cree aunque el juez José Flors, del Tribunal Superior de Justicia Valenciano (TSJCV), haya encontrado indicios suficientes de que Camps se dejó querer por la trama Gürtel y aceptó trajes como obsequio. Rajoy pretende ahora que "todo" el partido comparta su fe y que se acallen las voces internas que apuntan a un posible "exceso de confianza" en este asunto. Y con ese fin ha impulsado una estrategia de defensa y de comunicación para salvar la imagen de Camps. Algo que no ha hecho por su tesorero, Luis Bárcenas, de quien la mayoría del partido espera la dimisión.

Fuentes de la dirección popular aseguran que se está dando a Bárcenas cobertura jurídica, y que se le ha hecho llegar que su continuidad provoca recelos en la organización. "A veces hay que comentar a alguien lo que no quiere ver", dice un dirigente del PP. De momento, se descarta forzar la salida del tesorero, aunque es evidente que el partido no ha cerrado filas en torno a Bárcenas como sí lo ha hecho con Camps. Por orden de Rajoy.

APOYO DE TODOS Esa orden llegó ayer a través de un comunicado popular con la tesis de que Camps tiene el apoyo "de todos", ya que se confía en que la justicia "terminará por dar un pronunciamiento favorable hacia el presidente de la Generalitat".

El mensaje fue repetido una y otra vez por los dirigentes que ayer tenían previstas intervenciones ante la prensa. Hasta el propio Camps subrayó desde Valencia que la verdad sobre este caso está "más cerca que nunca" y que sólo le quedan "uno o dos escaloncitos" para librarse del proceso. "Y entonces toda esta cuestión tan extraña, tan absurda y estrafalaria habrá pasado al pasado", añadió. Pero, ¿en qué confía Camps, que se niega a dimitir, para subir con tanta rapidez los "escaloncitos" de la justicia? En la estrategia jurídica que han diseñado sus abogados junto a Federico Trillo.

Dicha estrategia pasa por recurrir el fondo y la forma del auto del juez Flors ante la sala de lo civil y penal del TSJCV. La forma, porque los populares no estiman necesario que Camps deba someterse al criterio de un jurado popular, llegado el caso. Y el fondo, porque sostienen que Flors ha elaborado una teoría sin pruebas y ha primado el testimonio del sastre José Tomás (denunciado por su empresa por fraude documental y estafa) sobre el del presidente.

Aquí, el quid de la cuestión está en probar quién pagó los trajes que Camps se hizo en las tiendas Milano y Forever Young de Madrid. Según el juez, fue la red corrupta. Según los conservadores, los abonó Camps delante de "testigos", aunque no descartan que fueran cobrados dos veces por el modisto.

JUICIO ORAL Los abogados del presidente valenciano esperan que, en el peor de los casos --que sea finalmente sometido a un juicio oral con jurado--, se atienda su petición de que se llame a declarar a los supuestos "testigos" con los que cuenta su defendido. Y el equipo de comunicación del PP sigue poniendo la venda antes que la herida: insiste en que un delito de cohecho impropio conlleva una multa de alrededor de 2.500 euros. Pero la verdad es que el equipo jurídico popular, con Trillo a la cabeza, confía en que no haga falta llegar a ese punto y que la sala de lo penal del TSJCV dé la razón al recurso que, el próximo viernes, registrará en el tribunal.

De todos modos, solicitará que dicha sala se pronuncie antes del día 15, la fecha prevista para la vista previa al juicio. Evidentemente, el PP tiene prisa por resolver el tema en vía judicial.