Mariano Rajoy considera que la victoria de Galicia y el resultado en Euskadi alejan los fantasmas y las dudas sobre su liderazgo. Ayer plasmó esa sensación en el discurso que esgrimió ante la junta directiva nacional --máximo órgano del PP entre congresos--, ampliada con parlamentarios autonómicos de distintas comunidades invitados. Quería una reunión a lo grande, por lo que convocó a los suyos en un moderno hotel madrileño. Y presumió ante todos ellos de haber sabido gestionar escándalos como el de la corrupción o los espías en pleno proceso electoral, además de haber consolidado la dirección de un partido que ha logrado dejar en nada, apuntó, los negros augurios de las encuestas.

Rajoy quiso evidenciar ayer que se ve ganador en las próximas europeas de junio e, incluso, en las próximas legislativas. "El PP ha recuperado la centralidad y el eje de la vida política española. Hemos recuperado Galicia, decidimos en el País Vasco y, además, estamos en condiciones de desempeñar un papel decisivo en las Cortes. Y desde luego, estamos en una posición que nos permite, cuando se convoquen elecciones, volver al Gobierno", enfatizó.

CREER EN LA VICTORIA En este contexto, Rajoy agradeció a sus candidatos en Galicia y Euskadi, Alberto Núñez Feijóo (no estuvo presente en la junta) y Antonio Basagoiti, respectivamente, su trabajo en sus campañas electorales. Apostó por que su empeño sirva de lección para próximas convocatorias electorales. Se esforzó especialmente en defender a Basagoiti --el sustituto de María San Gil al frente del PP vasco--, por saber combinar "la rotundidad" en lo fundamental con su "amplitud de mensaje y forma de comunicación".

Cuando pasó a hablar de Galicia, hizo hincapié en que ninguna encuesta había pronosticado mayoría absoluta para los populares: "Al final, por si acaso y para curarse en salud, algunos abrieron las famosas horquillas. Pero nadie nos daba mayoría absoluta y muchos pronosticaban una debacle en el País Vasco. Hay que recordarlo y también hay que decir que lo cierto es que no acertaron". Así, Rajoy estaba solicitando a sus compañeros confianza en las posibilidades del partido y de su presidente. "La victoria acompaña siempre a quien cree en ella y lucha por ella", apostilló.

Por último, el jefe de los conservadores instó a los suyos a interiorizar que se puede ganar "en situaciones muy difíciles" --en clara alusión a los escándalos sobre corrupción y espionaje que les han salpicado-- gracias a una buena gestión de la situación. "Lo importante no es que haya situaciones muy difíciles, sino cómo se afrontan estas", sentenció.

Con esos mimbres, Rajoy pretende fabricar otra victoria en las europeas, ya que el PP, a su juicio, "ha demostrado que no se hunde nunca y es el partido más fuerte de España". Y para lograr el objetivo, el candidato, Jaime Mayor Oreja, reclamó ayuda a sus compañeros y vaticinó que, antes de esa cita electoral, el país estará en una crisis social.

PRESUNCION DE INOCENCIA Respecto a los implicados en la trama de espionaje y en la de corrupción, el presidente del PP recalcó que su partido defenderá "la honorabilidad" de todos los militantes porque son "inocentes mientras no se demuestre lo contrario", así que acto seguido puntualizó que "si se prueba que alguno ha hecho cosas inaceptables", la dirección popular "actuará en consecuencia".