Mariano Rajoy confirmó ayer que PP y UPN se están dando un tiempo antes de romper. O de volver, que es lo que desea el líder de los populares. Eso sí, avisó de que la reconciliación no será posible si los navarros no ofrecen garantías de que serán fieles al PP en lo que a política nacional atañe.

El miércoles, se votaron las enmiendas a la totalidad a los presupuestos. Uno de los dos diputados de UPN integrado en el Grupo Popular, Santiago Cervera, desobedeció las consignas de su jefe, Miguel Sanz, y acató las de Rajoy. El otro, Carlos Salvador, hizo lo contrario. Ante eso, el PP anunció la "suspensión de relaciones" con la actual dirección de UPN. Rajoy confía en mantener una tensa calma hasta la primavera, cuando los foralistas elegirán nuevo líder. Sanz, por su lado, dijo ayer que todas las posiblidades están abiertas.