En plena batalla popular, es difícil saber si ayer Esperanza Aguirre amagó con dar un paso atrás para preparar la retirada o, por el contrario, ganar tiempo para diseñar estrategia y recolocar sus batallones. Así, tras haber dejado una puerta abierta para disputar la presidencia del partido a Mariano Rajoy en el congreso que el PP celebrará en junio en Valencia, ahora parece entornarla. Desde la Asamblea de Madrid, Aguirre aseguró a los periodistas que su objetivo real es "abrir el debate ideológico", de forma inminente, en el seno de su organización. "Lo más importante no son las personas, sino las ideas, los principios y los valores", enfatizó.

Pero el entorno del actual líder, Mariano Rajoy, advierte de que la jugada de Aguirre no va a alterar los tiempos previstos y que, si quiere aportar ideas, tendrá que "respetar la agenda" del cónclave, como el resto de compromisarios. Las mismas fuentes añaden que antes de mayo estará preparado un primer borrador de la ponencia política --elaborado por María San Gil, Alicia Sánchez Camacho y José Manuel Soria-- y que luego llegará el turno de enmendar. "También para Aguirre", puntualizan. Si ella optara por presentar dichas enmiendas y los responsables del documento político decidieran no incorporarlas, el debate quedaría servido para el congreso.

GALLARDON, DESDE CHINA Por si faltaban soldados en este conflicto, asomó la cabeza desde China el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, compañero, además de adversario, de Aguirre. El regidor --de viaje oficial para promocionar la candidatura olímpica de Madrid--, dijo respaldar a Rajoy y vaticinó el fracaso de una hipotética candidatura de la "indecisa" Aguirre, tal y como él la califica. "Si la indecisa Esperanza Aguirre convierte su indecisión en decisión y presenta finalmente su candidatura para el congreso del PP en junio, que está perfectamente en su derecho de hacerlo, no será una candidatura que tenga el apoyo mayoritario de los militantes", zanjó.

No obstante, Gallardón desvinculó su "pronóstico y deseo" de que la presidenta de Madrid no dirija el PP de la posibilidad de que, tras el cónclave, ella "tenga su sitio" en el partido, informa desde Pekín Adrián Foncillas.

Las palabras del alcalde no pasaron desapercibidas a los colaboradores de la presidenta. Así, el vicepresidente primero de Madrid, Ignacio González, lamentó la "habitual coincidencia de planteamientos" que, según dijo, se da entre Ruiz-Gallardón y "el señor Pepiño Blanco", secretario de organización del PSOE. Pero hubo más. En una comparecencia pública, reprochó al regidor que se atreva a hablar de la supuesta indecisión de Aguirre cuando es él quien muestra "continuas indecisiones" sobre su permanencia o marcha del consistorio de la capital.

González tampoco dejó que Manuel Cobo, mano derecha de Ruiz-Gallardón, se fuera de rositas, tras haber dicho el martes que Aguirre había montado "un espectáculo" en vísperas del debate de investidura.

¿SE PRESENTA O NO? Sin embargo, la reacción de Ruiz-Gallardón no fue el único tema de la rueda de prensa que ofreció el número dos de Aguirre. También lo fue la ambigüedad de ella en torno a una posible candidatura. "La presidenta no tiene pensado presentarse a este congreso", respondió en distintas ocasiones a los periodistas congregados. Claro que animó a los presentes a preguntar si cambia de opinión "mañana". Ya se sabe que, en la guerra, todo vale.