Mariano Rajoy volvió a rechazar ayer cualquier mediación internacional para lograr que fructifique el alto el fuego permanente de ETA. "No hay necesidad de que nadie medie en nada", sentenció desde Vitoria el presidente del PP tras aludir "al Vaticano, a la ONU y al planeta Marte". Sin embargo, evitó mencionar los mensajes de Benedicto XVI y de Kofi Annan, que han animado a redoblar "los esfuerzos de todos" para la paz.

El líder popular se amparó en que "no hay conflicto entre nadie" y "no hay nada que negociar" para defender que carece de sentido que intervenga cualquier organismo internacional. "Lo que hay son unos señores que se han dedicado a matar", dijo para calificar de "disparatado" que se intente propiciar la intervención de terceros.

Rajoy está dispuesto a "ayudar al Gobierno" a que termine con ETA, pero reiteró que no cabe "contrapartida política" alguna. Precisó que el Ejecutivo no debe tomar decisiones hasta confirmar que la banda "quiere dejar definitivamente las armas".

Emplazó también al Gobierno a que haga "todo el esfuerzo del mundo" para que se cumpla la ley de modo que, mientras ETA exista, Batasuna no pueda hacer política, celebrar congresos o presentarse a elecciones. Por eso, aplaudió la actuación del juez al impedir que la formación presente mañana a su nueva dirección.

DEBATE La presencia de Rajoy en Vitoria se produjo tras un debate parlamentario en el que Juan José Ibarretxe afirmó que los populares presentan una imagen de "boxeador noqueado" desde el día en que ETA declaró el alto el fuego. El portavoz parlamentario del PP, Leopoldo Barreda, replicó que el lendakari sufre "atolondramiento político". Ibarretxe reiteró que el PP es "parte" de la solución y animó al partido a "desengancharse de la época de achique de espacios".