El liderazgo de Mariano Rajoy en el PP, cuyos cimientos son de fragilidad reconocida, ha vuelto a temblar. Esta vez por el terremoto al que ha dado origen la investigación y el parcial levantamiento del secreto sumarial del caso Gürtel , cuya intensidad y daños causados en las filas conservadoras son todavía imposibles de determinar. Lo que ya es evidente es que esta trama y sus relaciones con el PP han perjudicado seriamente la imagen del partido, han motivado varios ceses --algunos de calado, como el del tesorero Luis Bárcenas y el del número dos de la organización en Valencia, Ricardo Costa-- y han propiciado una nueva división en la familia popular: los que han sido salpicados por el caso Gürtel y los que, sin disimulo, huyen de él y de la erosión que les podría producir.

Así lo evidencian las voces relevantes en el partido conservador que se han oído esta semana marcando distancias con la corrupción y exigiendo responsabilidades, como es el caso del presidente de La Rioja, Pedro Sanz; el de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el jefe de los populares vascos, Antonio Basagoiti.

EL PP DEL NORTE No es casualidad que buena parte de esas voces críticas provengan del norte de España donde, según los datos que se han manejado hasta ahora, la trama Gürtel no logró clavar sus colmillos con tanta intensidad. La excepción vendría de la mano del PP gallego, de donde procede Pablo Crespo, uno de los imputados por ser cabecilla de la red de corrupción y por haber sentado las bases, según parece, de la financiación ilegal de esta organización territorial. Claro que eso sucedió entre 1996 y 1999, siendo Manuel Fraga responsable del partido y del Gobierno gallego. "Yo no era entonces ni militante", aclaró Núñez Feijóo, el actual jefe del PP de Galicia y de la Xunta, el viernes pasado en la cadena SER.

Quizá por esa circunstancia, Feijóo se siente legitimado para propinar tirones de oreja. "Si hay personas que se han lucrado de su pertenencia a un partido, ese partido tiene que apartarlos", enfatizó. A su entender, es vital que el PP dé sensación de "agilidad" en un momento de vértigo como el actual.

En la misma línea se pronunció hace unos días, en Onda Cero, el presidente de La Rioja. Pedro Sanz abogó por tomar las decisiones disciplinarias que sean oportunas a raíz del caso Gürtel , "por muy duras" que estas puedan resultar. Menos encorsetado por carecer de cargo institucional estuvo Basagoiti, jefe de los populares de Euskadi: "Hablan de algunos a los que les gusta el lujo, el sexo, el vivir bien, el trincar o no trincar, mientras aquí en el País Vasco hay concejales, no solo de mi partido, que se juegan la vida por cero euros, para defender unos ideales", espetó.

A juicio del político vasco, lo que le toca hacer ahora a Rajoy es "aclarar" la situación y "limpiar" el PP. Por su lado, la presi-

Pasa a la página siguiente