El PP sigue apoyando las gestiones del Gobierno español para liberar a los tres cooperantes secuestrados por Al Qaeda, un salto cualitativo respecto al caso del atunero vasco Alakrana, pero no le extenderá un cheque en blanco. Así lo avanzó ayer el presidente del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy, que participa estos días en la ciudad alemana de Bonn en el Congreso del Partido Popular Europeo. "En ese asunto apoyo las decisiones del Gobierno, pero creo que con terroristas no se negocia nunca", afirmó escuetamente cuando se le preguntó sobre una hipotética petición de canje de presos islamistas por parte de los secuestradores.

El líder de los conservadores confirmó que había sido informado telefónicamente por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, de las gestiones llevadas a cabo para conseguir la liberación de los rehenes e insistió en pedir "prudencia" a la hora de hacer declaraciones sobre la crisis que puedan perjudicar a los rehenes. Un mensaje que volvió a caer en saco roto en su propio partido, ante las diferentes voces críticas de otros dirigentes contra la "debilidad" de la política exterior del Ejecutivo.

El titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, mantuvo ayer la estrategia de "silencio" puesta en marcha por el Gobierno en torno al secuestro y reclamó de la oposición la misma actitud. "Mi obligación es trabajar para liberar a los cooperantes y ese trabajo es poco compatible con contestar según qué preguntas".

Rubalcaba acusó a "un grupo político", en clara referencia al PP, de haber dicho "unas cuantas barbaridades en los últimos días". "Echarle la culpa al Gobierno de una acción de Al Qaeda en el Magreb islámico y hablar de debilidad del Ejecutivo es una insensatez", aseguró. El ministro se preguntó si Alemania, Francia, Suiza, Austria o Canadá, que también han sufrido secuestros de Al Qaeda, son débiles. "Como no es posible que todos seamos débiles al mismo tiempo, no cabe más que concluir que quien ha dicho eso no ha dicho la verdad", sentenció.