Dos semanas después de que la moción de censura de Pedro Sánchez lo desalojara de la Moncloa por la sentencia de la Gürtel, Mariano Rajoy renunció a su acta de diputado. El PP comunicó la noticia ayer a través de un comunicado en el que también especificó el deseo de Rajoy de pedir el reingreso en el Cuerpo de Registradores de la Propiedad en cuanto se formalice la baja. De esta manera, tras salir (involuntariamente) del Gobierno y anunciar su adiós a la presidencia del partido conservador, el político gallego deja atrás una etapa de 40 años dedicada a la política. «El PP es mi vida y quiero que siga siéndolo», afirmó cuando se despidió de sus compañeros el día 5.

Al dejar el acta, Rajoy también pierde el aforamiento que tienen todos los diputados. No obstante, puede recuperar esa protección especial si acepta ser consejero nato vitalicio del Consejo de Estado. Según la reforma impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero, todos los expresidentes del Gobierno «adquirirán» esa condición si lo desean. Unas 17.600 personas son aforadas en España. El grueso (7.500) lo componen jueces, magistrados y fiscales, en el ejercicio de su cargo, y el resto son políticos. Esa figura procesal les permite ser juzgados por un tribunal superior y no por los de primera instancia ordinarios.

TERCERA DESPEDIDA / Esta tercera despedida de Rajoy llega mientras en su partido cunde el nerviosismo entre los dirigentes populares, que siguen pendientes de qué decisión toman los tres fijos en las quinielas: la secretaria general, María Dolores de Cospedal; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

Feijóo recomendó el lunes a los periodistas que se fueran toda la semana de vacaciones a la playa, porque él no iba a decir ni mú sobre su futuro hasta que empezara el plazo de presentación de avales, el lunes, 18. Y parece que va a cumplirlo. Entre ese día y el miércoles, 20, los que quieran coger las riendas que deja Rajoy deben oficializar su candidatura. Cospedal ha sido la primera al menos que ha dejado claro en qué momento va a concretar su posición. La dirigente madrileña aclarará el martes ante la junta directiva del partido en Castilla-La Mancha si va a dar el paso para intentar suceder a Rajoy. La política ha convocado el órgano más importante entre congresos para escenificar su posición ante el delicado momento que vive el PP.

En Génova justifican el silencio porque «nadie quiere perder» y porque la situación es «muy difícil». Parte de la cúpula, con el coordinador general, Fernando Martínez Maillo, a la cabeza, han apostado estos días por pactar una lista única. Además, como admitió el propio Rajoy, hay miedo de que haya «juego sucio». Algunos destacados miembros de la formación recuerdan estas últimas horas la relación que Feijóo mantuvo con el narcotraficante Marcial Dorado, de las que hay testimonio gráfico.

A falta de que Feijóo, Cospedal y Santamaría enseñen sus cartas, otros candidatos como el exministro José Manuel García Margallo y el expresidente de Baleares José Ramón Bauzá amagan con presentarse. Y a la vista del triunfo de Sánchez en el PSOE algunos (también en la sede de Génova) no descartan la opción de que al final triunfe un supuesto tapado, una condición que podría cumplir el exministro Íñigo de la Serna.