El líder del PP, Mariano Rajoy, reunirá mañana a la cúpula y los barones del partido para preparar la maquinaria electoral ante los nuevos comicios generales, en los que los populares esperan reforzar su posición y asegurarse el Gobierno.

El jefe del Ejecutivo en funciones presidirá a partir de las once de la mañana del martes el Comité Ejecutivo Nacional, en el que previsiblemente se decidirá mantener el mismo Comité de Campaña que preparó las elecciones de diciembre, con el jefe de gabinete de Moncloa, Jorge Moragas, a la cabeza.

Los 'populares' aseguran afrontar esta nueva convocatoria sin miedo y cargados de razones, porque defienden la posición que ha mantenido Rajoy desde diciembre, promoviendo una gran coalición con los socialistas y Ciudadanos bajo la presidencia del PP.

Y creen además que mejorarán posiciones, porque como han dicho Rajoy y otros dirigentes en los últimos días, los electores ya han podido comprobar cómo es la "nueva política" y han quedado decepcionados.

Es decir, aguardan en el PP a que muchos de los votantes desencantados que los abandonaron por Ciudadanos regresen después de haber visto a Albert Rivera pactar con el socialista Pedro Sánchez.

Pero también asumen que necesitan muchos de esos otros votos de fieles que en diciembre no apostaron por una alternativa y simplemente se quedaron en casa.

Según subraya un dirigente, la motivación de aquellos que se abstuvieron y ahora podrían volver a votar al PP no es tanto la ilusión -no cree que se esté generando- como el miedo a que en junio Podemos mejore resultados y se encuentre en una posición de fuerza, habiendo dado incluso el "sorpasso" (adelanto) al PSOE, y quiera encabezar un gobierno de izquierdas.

Es por tanto el temor el principal aliciente que ven algunos en el PP para recuperar miles de votos.

Confían en cualquier caso en que esta vez sí que pueden alcanzar una mayoría suficiente pactando con Ciudadanos. Aunque claro, para eso el mensaje del partido tiene que tener 'polis buenos' y 'polis malos'.

Entre los 'buenos' está el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, que apuesta abiertamente con un acuerdo con la formación naranja tras las elecciones. Y entre los 'polis malos' está el propio Rajoy, quien ya se ha encargado en varios actos de hablar de Ciudadanos como un partido entregado al PSOE que dejó su programa por el camino con tal de apoyar a Pedro Sánchez.

Hace unos días, Rajoy aseguró que en su campaña se hablaría de propuestas, de "lo que interesa a los españoles", y se dejarían los ataques a un lado, pero lo cierto es que el PP sigue manteniendo ese mensaje dual de repetir promesas por un lado y atacar al rival por el otro.

Lo que sí tiene claro el PP es que pretende hacer una campaña más austera y está dispuesto a llegar a un acuerdo con los demás partidos para recortar gastos.

El vicesecretario de Autonomías y Ayuntamientos, Javier Arenas, propuso este fin de semana reducir la campaña electoral a diez días y suprimir la publicidad exterior -cartelería-. Habrá que esperar a ver qué dicen los demás partidos de estas propuestas.

El partido de Rajoy prepara ya, en cualquier caso, una campaña muy parecida a la de diciembre, con muchos paseos de su candidato, actos pequeños sin mucha parafernalia en parques o plazas, y más pueblos que grandes ciudades.